TI48 - Equipamiento para centros educativos

43 OCIO Durante el recreo se liberan las tensiones acumuladas en el aula a través del juego físico y del juego libre y se ponen en práctica las actitudes, conocimientos y valores adquiridas en el aula. A través de ese juego libre los niños construyen una narrativa de lo que les ha ocurrido y les ayuda a integrar las situaciones que viven De hecho, la propia palabra “recreo”, del latín recreare, significa crear de nuevo, hacer revivir, reanimar, vivificar los ánimos o las fuerzas. Es todo aquello que repara del trabajo, divierte o deleita, tan fundamental para el correcto desarrollo de la infancia y para el buen funcionamiento de las aulas. Con todo esto, desde el Observatorio del Juego Infantil se ha lanzado el manifiesto ‘¡Protejamos el recreo!’ que incluye las siguientes reivindicaciones: 1. El juego es un derecho que debe ser garantizado, ¡tan importante como la salud y o la educación! Respetar el tiempo y el espacio de juego en los centros educativos es clave para garantizar el aprendizaje y un desarrollo psicosocial saludable. 2. Como adulto, ¡da un paso atrás! La labor del adulto debe ser respetuosa con el juego de niños y niñas. Esto implica que, a veces, los adultos tienen que dar un paso atrás o no intervenir directamente. En caso de que el adulto participe, debe ser consciente de que tiene que abandonar el rol directivo y tomar un papel secundario, colaborador en el juego, salvo para establecer límites en la seguridad física o psíquica de los menores. 3. Conecta con la naturaleza. Los niños necesitan estar conectados al medio natural. Ofrece oportunidades de juego en entornos donde haya árboles, plantas, tierra y arena antes que en otros espacios artificiales. 4. Invítales a experimentar todo tipo de juegos. Las pistas deportivas muestran sólo un modo de uso del espacio que no debería determinar la jornada del recreo. Es importante que se expongan a diversos tipos de juegos: simbólicos, físicos, de mesa, tradicionales. Desde el juego libre inventado por ellos mismos hasta el juego estructurado de normas. 5. Ayúdales a fomentar el juego inclusivo desde distintas formas de agruparse. Es esencial que en la niñez experimenten distintas formas de agruparse, grupo-clase, entre distintos grupos de distintas edades, en cuartetos, tríos, parejas, etc. 6. Invítales a experimentar con todos los sentidos. En una época predominantemente visual y digital, ayúdales a realizar actividades que pongan en juego todos sus sentidos. El tocar, oler, escuchar, sentir y observar son capacidades que merecen la pena ser cultivadas. 7. Dale una vuelta al material de juego. Los materiales deportivos son un excelente complemento que puede enriquecer el juego. Igualmente importante son otro tipo de materiales que inviten a la expresión artística como disfraces, instrumentos o pinturas. Y, si no se tienen ciertos materiales quizás puedan ser creados y elaborados por los niños y niñas. 8. Incítales a cambiar el ritmo. Cualquier juego puede cambiar por completo si se modifica la velocidad de los juegos. Ante la aceleración predominante en la vida, sugiéreles alteraciones en el ritmo de los juegos, para que puedan apreciar otros detalles que la velocidad no siempre permite percibir. 9. Los niños y niñas tienen que ser corresponsables de la organización del recreo y de sus propias actividades. Hay que preguntarles, dejarles decidir y dejarles hacer. Así, colectivamente aprenden a tomar decisiones, respetar y a tolerar sus diferencias e identificar sus similitudes. 10. ¡No te olvides de divertirte y hacer disfrutar a los demás! El patio es un lugar para experimentar emociones de todo tipo pero ante todo tiene que ser un lugar amable para todos y todas. Invita a los niños y niñas a pensar cómo un juego puede ser más divertido no sólo para sí mismo sino para los demás. Ayuda a los niños y niñas a vivir con alegría, entusiasmo y optimismo la aventura de jugar. n Ningún niño/a debería quedarse solo en el patio. Jugar también significa convivir con niños y niñas de diferentes edades. Los mayores enseñan desde el ejemplo a los pequeños y los pequeños enseñan a adaptar su lenguaje y su pensamiento a los mayores. El patio es un lugar para experimentar emociones de todo tipo pero ante todo tiene que ser un lugar amable para todos

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