9 ACTUALIDAD lectiva, un tercio de los padres (34%) afirma que el uso se concentra por la noche, cuando terminan sus tareas escolares y extraescolares. Y casi tres de cada diez (29%) indican que cogen el dispositivo por la tarde, nada más llegar del colegio. Un 13% lo usa a mediodía, cuando va a comer a casa, y un 10% por la mañana, antes de ir al cole. Finalmente, un 7% responde que el niño lleva el móvil al colegio y lo usa cuando quiere, y otro 7% tiene mochila digital, por lo que utiliza el ordenador en clase. Si hablamos de las comidas, más de la mitad (53%) de los progenitores consultados no consiente a sus hijos el uso de dispositivos en la mesa, aunque eso significa que el 47% restante sí lo hace. En los casos en los que la familia sale a comer a un restaurante, el porcentaje de padres que prohíben su uso en la mesa desciende al 36%, y cuatro de cada diez son más permisivos que en casa, para tenerles entretenidos. Uno de los lugares donde aprovechan para pasar un rato de ocio digital es la cama. El 28% de los padres reconocen que normalmente les permiten ver algún vídeo o jugar a algo antes de dormirse, mientras que un 36% lo hace de forma esporádica. El 36% restante no permite a sus hijos usar dispositivos electrónicos en la cama. Asimismo, para los trayectos en coche u otros vehículos se han convertido en compañero habitual y fuente de entretenimiento para casi seis de cada diez niños (58%). EL MÓVIL COMO HERRAMIENTA DE CASTIGO El 30% de las familias consultadas por Lingokids entiende que el uso que hacen sus hijos de los dispositivos electrónicos es bastante limitado y controlado. Sin embargo, un 45% admite que los teléfonos, tablets, ordenadores y consolas ejercen sobre los niños una atracción que está por encima de cualquier otra actividad. Esto se traduce en que la prohibición de uso de estos dispositivos es esgrimida en muchos casos como herramienta de castigo. Así lo admite un 75% de las familias que participan en este estudio y que afirma utilizar la prohibición de usar estos dispositivos como medida coercitiva cuando sus hijos hacen algo mal, si bien el 45% de ellos también se sirve de otras prohibiciones relacionadas con otras aficiones o actividades. Ante un castigo que les limita el uso de estos aparatos, la mitad de los niños (53%) reacciona con enfado, pero de una forma controlada, mientras que un 14% llega a mostrarse agresivo y violento. El 33% restante acepta la medida con naturalidad. De acuerdo con Rhona Anne Dick, “es importante fomentar un uso responsable de los dispositivos electrónicos desde edades tempranas, estableciendo límites claros y supervisando su uso. Esto garantiza su efectividad como herramientas educativas y de entretenimiento, y minimiza sus posibles efectos negativos. Además, se deben promover actividades alternativas que fomenten el desarrollo físico y social de los niños, para lograr un equilibrio adecuado entre el uso de la tecnología y el desarrollo integral de los más pequeños”.
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