ENTREVISTA "La mayoría de los alumnos que padecen algún trastorno como la dislexia, discalculia, TDHA, trastorno de la comunicación… presentan un bajo rendimiento académico. Como resultado del malestar que experimentan ante la incapacidad para entender sus dificultades académicas, cuando llegan a la adolescencia suelen presentar unos elevados niveles de ansiedad, con sintomatología depresiva" Según las cifras de la Generalitat 170.000 niños están en situación de riesgo de fracaso escolar en Cataluña. 20 delante, probablemente le diagnosticaríamos un TDAH con dislexia. Eso sirvió en las épocas en las que la impulsividad y la fuerza muscular eran importantes, pero en estos momentos que pedimos a los niños estar cinco horas delante del profesor, no aguantan. ¿Qué acogida está teniendo su programa 'SJD MIND Escuelas' para ayudar amejorar el rendimiento escolar? Cuando se intentó que los alumnos con estos trastornos se desplazaran para su diagnostico y tratamiento al Hospital Vall d’Hebron o al Hospital de Sant Joan de Déu no funcionó bien. Esto cambió cuando decidimos desplazarnos a las escuelas e institutos, Desplazamos psicólogos y psiquiatras a los centros escolares para efectuar, en su totalidad, el cribado, el diagnóstico y el tratamiento de los Trastornos del Neurodesarrollo, con lo que, naturalmente, el volumen de información que conseguimos de los maestros y de las familias es mucho mayor y se detectan mucho más los alumnos con dificultades. Los profesores se ven amparados por tener gente profesional que les ayuda en esta tarea. ¿Qué continuidad ha tenido ese primer estudio sobre el fracaso escolar? Después de esa primera investigación nos preguntamos qué pasa con esos niños que no han aprobado la ESO y ampliamos el estudio a lo que aquí en Cataluña se llama Programa de Segundas Oportunidades para los niños y niñas de 16 años que no pueden hacer Bachillerato ni Formación Profesional por faltarle el primer ciclo. Se trata de unos cursos de reciclaje para intentar que puedan reincorporarse bien a los estudios o a una actividad laboral, no obstante, descubrimos una alta prevalencia en estos chavales de los trastornos del neurodesarrollo, lo que dificulta en gran medida la posibilidad de inserción laboral. En un año o dos años de formación suplementaria es muy difícil hacer lo que no se ha hecho en los diez. Después nos preguntamos qué pasaba en edad adulta. Hicimos un trabajo con el RACC de Barcelona para el estudio de 600 conductores a los que les habían retirado el carnet de conducir por puntos y que eran reincidentes. El estudio demostró que esos conductores tienen de hasta cinco y ocho veces más TDAH que la población general, lo que explicaría su reincidencia en las infracciones de tráfico. También hicimos el mismo estudio en conductores que estaban en prisiones catalanas, en proceso de reinserción laboral, por delitos de tráfico e igualmente se detectó una alta prevalencia de trastornos del neurodesarrollo. Realmente no tendrían que estar en la cárcel, pero no estaban diagnosticados.
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