ENTREVISTA Solo uno o dos de cada 10 niños que lo necesitan están diagnosticados y tratados de un trastorno del neurodesarrollo. "Si tuviéremos a Carlo Magno hoy delante, probablemente le diagnosticaríamos un TDAH con dislexia. Eso sirvió en las épocas en las que la impulsividad y la fuerza muscular eran importantes, pero en estos momentos que pedimos a los niños estar cinco horas delante del profesor, no aguantan" 19 ¿Cómo afectan estos trastornos al aprendizaje? La mayoría de los alumnos que padecen algún trastorno como la dislexia, discalculia, TDHA, trastorno de la comunicación… presentan un bajo rendimiento académico. Como resultado del malestar que experimentan ante la incapacidad para entender sus dificultades académicas, cuando llegan a la adolescencia suelen presentar unos elevados niveles de ansiedad, con sintomatología depresiva. Estos chicos están sometidos a un terrible estrés familiar y social, desde que entran en primaria ya que continuamente oyen en casa por qué no estudias, por qué no trabajas, mira tu hermano, eres un gandul…. Cuando llegan a los 15 años tienen una imagen de sí mismos muy mala. A esa edad entran en contacto con la marihuana y esta les sirve de medicamento para la depresión. Les va bien para los problemas de conducta y el malestar emocional, pero les va muy mal para seguir estudiando. Todo eso facilita el fracaso escolar. A partir de ahí, entre ellos se juntan, aparecen las bandas urbanas, consumo de alcohol… ¿Qué causa estos trastornos del neurodesarrollo? Es básicamente un problema genético. Está ligado a la evolución de nuestra especie y, aproximadamente, un 20% de los niños de la especie sapiens lo presentan, es decir, 1 de cada 5 alumnos padece un Trastorno del Neurodesarrollo. Si no se corrige genera fracaso escolar primero, y después consumo de cannabis, bullying, violencia y muchos de ellos terminan por desgracia en la cárcel. Si se diagnostica y se corrige, la mayoría de estos niños, que tienen un coeficiente intelectual normal o alto, pueden ser personal de realmente mucho éxito. De hecho, los grandes emprendedores acostumbran a ser niños que han tenido esos problemas, de TDAH, o dislexia, o de los dos conjuntamente porque suelen estar mezclado estas patologías, y que consiguen salir adelante porque son gente brillante, que ha asumido riesgos. Para evitar esos riesgos es muy importante diagnosticar entre los 6 y los 14 o 15 años, antes que esos alumnos puedan llegar a consumir drogas. ¿Qué se está haciendo para solucionar este problema? En Cataluña la escuela pública detecta y también los padres se dan cuenta de que hay muchos niños con problemas, pero diagnosticar, desde un punto de vista profesional, se hace muy poco y se trata menos aún. En las escuelas públicas, solo uno o dos de cada 10 niños que lo necesitan están diagnosticados. En las escuelas concertadas un poco más. Pero, en todo caso, tanto en públicas como concertadas, 7 de cada 10 niños que lo requieren no están diagnosticados, lo cual quiere decir que, en Cataluña, que tenemos unos 170.000 niños con problemas de neurodesarrollo y eso va ligado a nuestra especie, tenemos solo unos 50.000 diagnosticados, y el otro 120.000 no lo está. Estos alumnos lo están pasando muy mal, y también se lo hacen pasar muy mal a los maestros y familias. ¿Qué más cree que se podría hacer para poner remedio a esta situación? La conclusión es que estamos en una situación crítica, y que, o diagnosticamos y tratamos más o el problema no se va a solucionar. Seremos un país quebrado económicamente si debemos subvencionar de por vida a un volumen tan enorme de jóvenes y adultos que, habiendo tenido fracaso escolar, tendrán enormes dificultades para encontrar un trabajo adecuadamente remunerado para poder tener una vida saludable y autónoma. La única solución, desdemi punto de vista, es aceptar la necesidad de diagnosticar y tratar estos factores psico-biológicos, entiendo que asusta amuchos. Los pedagogos no lo quieren y los políticos consideran que, cambiando el currículo o mejorando el conocimiento de los maestros es suficiente. Estos trastornos del neurodesarrollo, ligados a nuestra especie, en la antigüedad seguramente ayudaban a triunfar en la vida. Por ejemplo, si tuviéremos a Carlo Magno hoy
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