TI34 Equipamiento para centros educativos
65 MOBILIARIO Guillermo Bautista lo muestra con un ejemplo: según explica, la ciencia nos dice que colaborando aprendemos más y mejor, y por lo tanto el espa- cio debe propiciar esta colaboración e interacción, teniendo en cuenta ade- más lo que dicen las investigaciones sobre el aprendizaje colaborativo. Si organizamos la actividad con grupos de cuatro alumnos a partir de un reto o un proyecto, lo lógico sería que el espacio permita que el grupo colabore en un espacio adecuado y también tenga cierta autonomía para usar los recursos que necesite, moverse, bus- car, experimentar, autoorganizarse... “Esto implica que no todos los grupos estarán haciendo lo mismo al mismo tiempo, y que no para todos serán nece- sarios los mismos recursos. La actividad en el aula se diversifica y el espacio tiene que responder constantemente a esta diversidad organizativa, de uso, de recursos, de movimientos”, explica. Sin embargo, la fuerte asunción man- tenida durante décadas de que el aula es como es hace que nos planteemos pocos cambios. Y cuando por fin se plantean, la dirección de esos cam- bios no es sencilla de decidir, “de ahí la necesidad de nuestra investigación para ayudar a tener criterio para que el cambio del espacio se haga con garantías”, señala el profesor de la UOC. CAMBIOS DE DISEÑO TAMBIÉN EN SECUNDARIA En la actualidad, la mayoría de los docentes valora negativamente la orga- nización del ambiente en su clase. Es uno de los hallazgos del estudio, que señala que se obtuvieron puntuaciones bajas omoderadas en la idoneidad real de las aulas para actuar como espa- cios integrales de aprendizaje. Pero hay diferencias entre los distintos nive- les de educación, ya que el diseño de espacios de aprendizaje de educación preescolar y primaria generalmente es más flexible, colaborativo y perso- nal, afirman los autores del estudio, que apuntan una posible causa de este escenario. “Es precisamente en las etapas de infantil y primaria donde han estado más presentes y suelen ser Los escolares precisan de un entorno que exige autonomía, flexibilidad y capacidad para tomar decisiones y conectar conocimientos por sí mismos o mediante el trabajo en equipo. (Foto Hiperaula de HP y la Universidad de Educación, Madrid).
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