9 LA BIBLIA DEL OUTDOOR Presentación ANTONIO MARTÍNEZ, TRAIL RUNNER Cuando pienso en mi infancia, me vienen a la mente recuerdos muy bonitos, en los que me pasaba prácticamente todas las tardes de aquí para allá, corriendo y jugando en la calle. Pasando por el fútbol, baloncesto, parkour, atletismo y orientación, fueron estos dos últimos donde planté mis semillas, acompañándome más tiempo de lo que jamás imaginé. Sería hipócrita decir que no se me daba bien correr, ya que desde bien pequeño, pese a haber practicado todas las disciplinas del atletismo —desde salto con pértiga hasta jabalina o martillo—, solía destacar en pruebas de resistencia. No obstante, mi relación con el deporte en esas edades trascendía más allá de los resultados, me lo pasaba genial y eso era lo principal. Al comenzar la etapa universitaria, me alejé del atletismo y me centré exclusivamente en la orientación; el desafío de correr rápido por el bosque me hacía sentir vivo y me llenaba más. Fue una época maravillosa pero, como todo en la vida, tenía un final. Llegó un momento en el que ya no sentía esas mariposas en el estómago en los grandes campeonatos y, por ello, después de 18 años, decidí guardar la brújula y probar en el Trail. La transición no se me hizo tan difícil como esperaba, y ello fue gracias a la base física que traía de la orientación y a la ayuda de un buen amigo que me guió en ciertos aspectos relacionados con el entrenamiento, nutrición y en cómo afrontar las competiciones. No obstante, tenía mucho que aprender, todo era relativamente nuevo, y ese cosquilleo interior volvió a emerger. El primer año fue un éxito a nivel personal. Logré clasificarme para dos Campeonatos del Mundo con la RFEA, -terminando entre los 8 mejores en ambos- y aprendí y disfruté mucho de todo el proceso de preparación. Tras varias temporadas muy positivas y mientras me planteaba la transición entre el mundo deportivo y el laboral —había hecho algunas sustituciones como maestro y estaba preparando oposiciones—, no sé si fruto de la casualidad o la causalidad, varias marcas se interesaron por mí y me ofrecieron la posibilidad de dedicarme exclusivamente a correr. Ser corredor profesional nunca fue algo que busqué; jamás pasó por mi mente en todo este tiempo. Simplemente llegó después de 20 años corriendo y, al presentarse esta oportunidad no dudé y me subí a ese tren que quizá nunca volvería a pasar. Dejé la docencia en “standby” y me centré en esta etapa deportiva más profesional y que continúa hasta día de hoy. Actualmente, vivo sumergido en una rutina que a muchos les parecerá aburrida, pero a mí me encanta: entrenar dos veces al día, comer sano y descansar mucho. El haber creado una serie de hábitos y un sistema que disfruto plenamente ha sido clave para mantenerme vinculado al deporte tantos años. Y me atrevería a decir que parte de mi “éxito” viene de ahí, de esa pasión, compromiso y saber disfrutar del proceso, lo que inconscientemente me ha llevado a conseguir resultados que nunca hubiera imaginado; como subir al podio tres años seguidos en la prueba de OCC (55 km) en el Ultra Trail del Mont Blanc o ganar la Copa del Mundo de Skyrunning.
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