Cintas de compresión lateral: Entre los tipos de ajuste de la mochila, uno de los más importantes son las cintas de compresión lateral, ya que permitirán adecuar el tamaño de la mochila a la cantidad de carga que portemos en cada ocasión. Estas cintas permitirán ajustar la carga al eje de la espalda, lo que permitirá que hombros y espalda no se carguen más de lo estrictamente necesario. Riñonera: La riñonera sirve para transferir el peso de la mochila hacia la cadera, de modo que no sean los hombros y la parte superior del cuerpo los que carguen con todo el peso de la mochila. Tiene que ser sólida y bien acolchada. Estabilizadores: A parte de estabilizar la mochila y a aliviar los hombros, esto repartirá el peso hacia todo el tronco. Las mochilas de medio y gran tamaño, cuentan hoy en día con diferentes mecanismos estabilizadores (laterales que impiden el movimiento lateral de la mochila y superiores que sirven para mantener la mochila bien sujeta a la espalda). Una vez en la tienda: Es importante probarnos la mochila, cargarla con diferentes pesos y volúmenes, y comprobar la eficacia de los ajustes y los estabilizadores. Una mala mochila o una mala elección nos puede fastidiar nuestra mejor afición. ¿Para qué la quiero?: Tenemos que tener claro para que queremos la mochila y que funciones hará. Sobra decir que no es lo mismo una mochila para un día que para una travesía de unos días; tampoco utilizaremos la misma mochila para una ascensión alpina o para una carrera de montaña. Capacidad: Para los que no están familiarizados con el mundo de la montaña, el tamaño de una mochila se mide en litros de capacidad. Las mochilas pequeñas son perfectas para excursiones de un día; las de tamaño medio serán nuestra opción si pretendemos realizar actividades de varios días; y las de gran tamaño son para travesías largas. Ergonomía: Una mochila deberá adaptarse y acoplarse a nuestra constitución física. Por eso, a la hora de comprarnos una mochila deberemos fijarnos con atención en cómo se ajusta ésta a nuestro torso y cadera, ya que un mal ajuste puede desembocar en una lesión de espalda. Volumen externo: ¿Por qué es importante si solo quiero guardar cosas? Pues la respuesta es clave: influirá en la ergonomía, comodidad y distribución del peso de la mochila. Lo más aconsejable es una mochila no demasiado voluminosa, que sea más estrecha que los hombros y menos alta que la cabeza. Ajuste dorsal: Un mal ajuste dorsal podría sobrecargar los hombros, limitar nuestra movilidad y derivar en diferentes lesiones y molestias musculares. Ajustes de la mochila: En la actualidad, las mochilas cuentan con varias regulaciones variables, que habrá que ajustar cada vez que vayamos a utilizar la mochila, dependiendo de la carga, la ropa y el terreno al que nos enfrentemos. Claves para preparar una mochila 171 VIAJES
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