Agri 283 / DOSSIER 81 25-29 FEBRERO/FEBRUARY ZARAGOZA - ESPAÑA/SPAIN FIMA2020 vo, especialmente por limitaciones térmicas, lo que origina una reconsideración de las áreas vitícolas en el futuro. TI.- ¿Cómo se pueden mitigar los efectos de la sequía extrema? V.S.R.- Se considera que la vid es una planta adaptada a condiciones de sequía, pero eso no significa que no necesite agua. Para producir un kilogramo de materia seca consume unos 500 litros de agua. En España la mayor parte del viñedo se cultiva en secano en que la disponibilidad de agua depende solamente de la lluvia (cantidad, distribución temporal, capacidad de retención de los suelos, niveles de escorrentía, criterios seguidos en la plantación…) y los rendimientos medios son inferiores a los obtenidos en otros países con mayores disponibilidades hídricas para el cultivo. El consumo de agua por la planta es muy estacional: un 70% del total lo necesita entre el cuajado y la vendimia, que coincide con los meses de verano (junio-septiembre) en los que, en estas zonas del Duero, las precipitaciones son muy escasas. Las perspectivas con el cambio climático son peores. El agua es absorbida por las raíces de las plantas y, o bien se aporta mediante riego, o se realiza un aprovechamiento al máximo de la precipitación con una buena eficiencia de la actividad radicular, con una implantación profunda de un portainjerto adecuado capaz de almacenar agua, y con un control de la evaporación del suelo y de la transpiración de la viña con un buen manejo de la superficie foliar. Con un régimen higrométrico bajo se pueden ver favorecidos los efectos depresivos en la planta, especialmente cuando existe déficit hídrico; por ello, es interesante estudiar los períodos con humedades relativas (HR) menores del 40 %. La actividad fotosintética óptima se produce a 60-70 % de HR. Además, las humedades relativas altas (más del 80 %) conllevan el riesgo para el desarrollo de enfermedades criptogámicas. TI.- ¿Hay solución para los episodios de helada o granizo? V.S.R.- Las bases fisiológicas que determinan los efectos de las temperaturas por debajo de 0º en los tejidos de la planta o los daños mecánicos producidos por los impactos del granizo son conocidos y de difícil respuesta. Los métodos de defensa contra heladas y granizo no ofrecen novedades y resultan costosos y complejos. El número de días de helada será menor, pero en las ocasiones en las que se presenten, los efectos pudieran ser más graves, bien por la intensidad o por el estado fenológico más sensible. El granizo puede aparecer en épocas menos habituales; las alteraciones en la actividad atmosférica producen incertidumbre de los episodios extremos: por ejemplo, en enero han sufrido granizadas algunas zonas españolas en las que, eventualmente, se producen en verano. TI.- ¿La situación y orientación del viñedo es importante? ¿La formación de la cepa también? ¿De la poda? V.S.R.- Ante un aumento de la temperatura y una disminución del agua disponible, especialmente en el verano, hay que actuar para evitar el exceso de recalentamiento en las partes verdes. En las hojas, a base de asegurar una transpiración suficiente. Los racimos son muy frágiles a las temperaturas elevadas (pueden tener una temperatura de 15 ºC superior a la del aire por su falta de transpiración), por lo que es necesario mantenerlos protegidos de la exposición Con una mayor incertidumbre climática habrá que revisar las primas del seguro, parece evidente que las no se podrán mantener en el futuro porque los riesgos van a ser diferentes A medida que transcurren los años, los climas más cálidos ascienden por los valles, llegando a haber cambios en la clasificación hasta la parte alta: en el Duero, hasta Burgos y Soria
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