TE283 - Tierras Agricultura

DOSSIER / Agri 283 34 25-29 FEBRERO/FEBRUARY ZARAGOZA - ESPAÑA/SPAIN FIMA2020 basado en las debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades que afectan a la remolacha. De la primera parte de su charla cabe destacar la “preocupación” que está generando la paulatina supresión de materias activas autorizadas para este cultivo. Entre ellas se encuentran las clasificadas dentro de la familia de los insecticidas neonicotinoides, como son imidacloprid, clotianidina y tiametoxan. Su eliminación del mercado viene a sumarse a la tendencia que desde el año 2004 ha provocado que se pasara de tener más de 100 sustancias activas disponibles a prácticamente 40 en la actualidad, lo que supone un “enorme reto fitosanitario para la gestión del cultivo”. En el lado positivo, Ortiz señaló que la remolacha mantiene desde hace bastantes años una “evolución creciente y sostenida de los rendimientos” obtenidos en campo. Esta progresión que se refleja en las 105 tm/ha que la cooperativa espera lograr de media en la campaña 19/20, se debe según el técnico de ACOR a dos factores principales como son la mejora genética y la mejora de las técnicas empleadas en el uso de fitosanitarios, en la aplicación de fertilizantes y en la optimización del riego. La semilla monogermen con protección fitosanitaria y la tolerancia a rizomanía, rhizoctonia y cercospora de determinadas variedades comerciales, ha supuesto un “importante avance” para la viabilidad del cultivo en muchas zonas. Asimismo, el ajuste de la cantidad de nutrientes que se ha logrado en el cultivo ha ido en paralelo al aumento de los rendimientos medios por hectárea. En cuanto al riego, se resaltó la importancia de la reducción en el gasto de este factor de producción –que supone el 30% del total del coste por hectárea- como demostró Ortiz al señalar que actualmente el cultivo consume 7.000 m3 de agua por hectárea frente a los 10.000 que se necesitaban en los años 70 y 80. Para conseguir esa mayor eficiencia en el uso del agua, el técnico de ACOR recordó la importante ayuda que puede suponer el uso de automatismos en la gestión, y el empleo de equipos que permitan trabajar a bajas presiones, que no siempre se hace. Además, resulta también crucial que se haga cada año un buen mantenimiento de los equipos. Otro punto que invita al optimismo sobre el futuro de la remolacha es el relacionado con el programa de investigación abierto por la cooperativa y que persigue objetivos tan ambiciosos como la evaluación de nuevas variedades tolerantes a cercospora o resistentes a la amarillez virótica. Dentro de este programa también se contemplan medidas como el perfeccionamiento en el uso de los fitosanitarios, el ajuste del abonado NPK o la evaluación de la eficacia de los bioestimulantes. De hecho, uno de los muchos efectos positivos que el cultivo de la remolacha ha tenido para la agricultura de regadío en la región ha sido el incremento sustancial de la materia orgánica de los suelos, que es un valor en sí mismo y una importante contribución a la eficiencia en la fertilización y en la lucha contra el cambio climático por el efecto sumidero del suelo. Por último, se expusieron varias tablas en las que se reflejaba la rentabilidad de la remolacha en comparación con otros cultivos en regadío, como la patata, el puerro o la zanahoria. En el caso de la remolacha, para una producción de 100 t/ha y un coste de 3.048 €/ha se estima un beneficio de 1.151 €/ha, teniendo como referencia un precio de 42 €/t que es el que actualmente abona la cooperativa. CASOS DE ÉXITO EN LA MEJORA DEL CULTIVO: NUEVO MODELO DE CULTIVADOR Seguidamente, fue el turno para la mesa redonda titulada ‘Diálogos sobre el futuro de la remolacha’. Este coloquio estuvo moderado por ADRIÁN JIMÉNEZ, técnico de ACOR, que antes de dar la palabra a los socios participantes en la mesa expuso una serie de reflexiones alrededor de la idea de mejorar en la rentabilidad y eficiencia del cultivo. La clave para el éxito, recordó, está en combinar adecuadamente un incremento continuado de los rendimientos con una reducción permanente de los costes. Avanzar en uno solo de esos frentes no será suficiente. Jiménez comenzó recordando el ajuste que los remolacheros de ACOR han venido implementando en el capítulo del abonado. Los estudios de la cooperativa cifran el ahorro en fertilización en el 33,8% desde la década de 1970 hasta la actualidad, siendo el Nitrógeno con un 48% el elemento que más se ha rebajado durante este periodo de tiempo. De la misma forma, el uso de fitosanitarios se ha conseguido reducir un 50,2% en el mismo plazo. Por último, se apuntó al ahorro de agua como el factor quizás más importante para la reducción de costes. Foto 5. Adrián Jiménez Técnico del Servicio Agronómico y de Cultivos de ACOR, coordinó la Mesa redonda ‘DIÁLOGOS SOBRE EL FUTURO DE LA REMOLACHA’ con cultivadores de éxito.

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