TE283 - Tierras Agricultura

DOSSIER / Agri 283 26 25-29 FEBRERO/FEBRUARY ZARAGOZA - ESPAÑA/SPAIN FIMA2020 La alfalfa es la especie forrajera más cultivada en España y en el mundo. Castilla-León es la principal zona de cultivo en España, con más de la tercera parte de la superficie sembrada, y con la provincia de Palencia en cabeza por superficie total y superficie sembrada en secano. Las referencias más antiguas de su cultivo se remontan a más de 3.000 años, en el centro de Turquía, siendo considerada desde entonces de gran valor por su elevado contenido en proteína. Si a esto unimos que es una planta perenne, de enraizamiento profundo, que mejora la estructura del suelo, con gran capacidad de adaptación y capaz de aprovechar el nitrógeno atmosférico, por eso no extraña que se siembren más de 30 millones de hectáreas en el mundo. A estos beneficios agronómicos, que desde siempre han sido muy valorados, en la actualidad hay que añadir algún otro que aumenta más, si cabe, el valor de la alfalfa. A la agricultura se le exige que utilice adecuadamente los recursos y que incida lo menos posible en el ambiente. El cultivo de la alfalfa cumple más fácilmente que otras especies con esta exigencia, pues es eficiente en cuanto al aprovechamiento del agua, tiene buen balance energético y menos emisiones de carbono a la atmósfera. En el abandono del monocultivo cerealista y su susLOS RETOS ANTE EL CAMBIO CLIMÁTICO Y EL CULTIVO DE LA ALFALFA El cultivo de la alfalfa es eficiente en cuanto al aprovechamiento del agua, tiene buen balance energético y menos emisiones de carbono a la atmósfera En el abandono del monocultivo cerealista y su sustitución por rotaciones más o menos amplias, la alfalfa ofrece muchas ventajas: diversidad de formas de aprovechamiento y manejo, no requiere nuevas inversiones y su cultivo es de sobra conocido Zacarías Clérigo Pérez; Ángel Fombellida Villafruela Profesores ETSIIAA Palencia titución por rotaciones más o menos amplias, la alfalfa ofrece muchas ventajas: diversidad de formas de aprovechamiento y manejo, no requiere nuevas inversiones y su cultivo es de sobra conocido. Además, no es necesario estudiar su adaptación a las condiciones de la meseta, pues esta está más que probada por la existencia del tipo conocido como “Tierra de Campos”, originario

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