nº 282 82 NUEVOS RETOS PRODUCTIVOS PARA LA HORTICULTURA AL AIRE LIBRE VII CONGRESO más resistentes a raíz rosada, o menos propensas a ataques de trips y que ofrecen unos magníficos rendimientos por hectárea. TI.- ¿Habrá una cebolla ‘a la carta’ para cada tipo de consumidor? L.F.R.- Este tema lo lleva abordando PROCECAM en numerosas reuniones a lo largo de hace ya varios años. El consumidor cada vez es más exigente con sus compras y demanda un producto para cada circunstancia y, por tanto, nuestro objetivo es poder ofrecerle la mejor solución para cada tipo de demanda. Ya existen numerosas variedades y tipos de cebolla destinadas para un uso específico por parte del consumidor, así que, podemos decir, que ya tenemos una oferta de cebolla a la carta para el consumidor. TI.- ¿Qué futuro tiene la cebolla en la alimentación? ¿Qué futuro tiene la cebolla en el campo español? ¿Cree que hay margen de crecimiento de superficie en España? L.F.R.- La cebolla es básica para la alimentación. En nuestra dieta mediterránea está muy presente, al igual que en nuestra cocina tradicional e, incluso, en la vanguardista. Es un alimento único y saludable. Gracias a su alto contenido en fibra y a sus numerosas propiedades nutricionales y medicinales, la convierten en un alimento indispensable en cualquier dieta equilibrada. Además, debemos tener en cuenta que, en dietas como las africanas y las asiáticas, la cebolla es un alimento clave. Incluso la cebolla ha provocado crisis en Gobiernos como los de la India o Bangladesh recientemente. En el campo español, la cebolla tiene un futuro prometedor si apostamos por la diferenciación en calidad y adaptar las producciones a las necesidades de nuestros clientes. Es imprescindible poder responder a los cambios en los hábitos de consumo y ofrecer al consumidor el producto que necesita en el momento que necesita y por eso, en el campo tenemos que cultivar aquellos tipos de cebolla que el consumidor nos demanda. En cuanto a superficie, estamos viendo que el mercado de la cebolla es un mercado global y, por tanto, aunque nosotros aquí en España redujéramos la superficie y la producción, otros lugares la incrementarían y el mercado se volvería a complicar. Nuestra apuesta no tiene que ir por la vía de la producción sino por la vía de la calidad, y diferenciar nuestra cebolla por calidad y no por precio. TI.- ¿El mercado remunera correctamente al productor? ¿Hay peligro con las importaciones de cebolla extranjera? ¿Cuál es el precio mínimo para cubrir gastos? L.F.R.- El mercado responde a las circunstancias en cada momento y vemos como el de la cebolla es muy variable. Por este motivo se puso en macha nuestra asociación PROCECAM, principalmente para ofrecer información a nuestros asociados sobre las circunstancias tan variables del mercado. El objetivo de PROCECAM es que nuestros productores asociados dispongan de la mejor y más actual información del mercado para que sean ellos los que puedan tomar las decisiones más acertadas. Las importaciones de cebolla, en un mercado global como el nuestro, se van a seguir produciendo mientras que no seamos capaces de ofrecer un producto de muy alta calidad durante todas las épocas del año. El consumidor actual tiene unos estándares de calidad muy altos y, esto, nos obliga a tener que poner a su disposición nuestro producto a como mínimo con esos estándares, durante todo el periodo que podamos. Es normal que, en cierto periodo del año, se produzcan algunas importaciones, sobre todo de cierto tipo de cebolla de la que aquí no disponemos. En lo referente al precio mínimo de venta aconsejable, varía mucho en función del método de cultivo, del tipo de cebolla y de los rendimientos que uno obtenga de su plantación, así como de los costes fijos y variables que se apliquen, pero hay que tener muy en cuenta que el cultivo de una hectárea de cebolla conlleva unos costes muy elevados, empezando por la semilla, por el terreno (ya sea en propiedad o no) y siguiendo por los costes energéticos y de fitosanitarios que cada vez son más elevados. Esto supone que el productor tiene que ser consciente de que, al cultivar una hectárea de cebolla, la inversión que está realizando es muy elevada y que, una mala venta de su producto puede provocar en muchos casos, un gran perjuicio para su economía. T
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