nº 282 70 NUEVOS RETOS PRODUCTIVOS PARA LA HORTICULTURA AL AIRE LIBRE VII CONGRESO e incluye esta categoría de los bioestimulantes regulada de una forma legal. En esa nueva norma se fijan requisitos que deben cumplir, como la necesidad de que estén registrados, el límite de metales pesados a incluir, el etiquetado con el que se tienen que identificar… Y se define también por primera vez de forma legal el concepto de bioestimulante, como ‘producto fertilizantes cuya función consiste en estimular procesos de la nutrición, con independencia de su contenido nutricional’. Su objetivo se centra en mejorar la eficiencia del proceso de nutrición, facilitando su absorción por la planta, mejorando el entorno de la rizosfera y de la biobiota que la puebla, o poniendo a disposición del cultivo nutrientes que estaban inmovilizados en el suelo mediante la acción de enzimas u otros microorganismos, que a su vez van a limitar la acción de otros patógenos. También se clasifican los bioestimulantes en microbianos y no microbianos, apareciendo por primera vez en una norma una categoría de productos bioestimulantes basados en microorganismos, que tendrán que ser alguno de los que la propia UE ha permitido registrar hasta ahora y que hayan demostrado en ensayos su efectividad. NOVEDADES EN SANIDAD HORTÍCOLA En el bloque sobre Novedades en Sanidad Hortícola fue CARMEN ASENSIO quien abrió el fuego hablando sobre la ‘Situación y los resultados del Programa de control de nuevas enfermedades en puerro y zanahoria, dentro del convenio ITACYL-Asoprofit’. Una de las principales conclusiones de Asensio es que, en su opinión, los problemas de la zanahoria provienen de la intervención de los insectos (psilas), como vectores de las enfermedades, más que de las semillas, ya que a lo largo de los tres años de investigación los lotes que han dado positivo de Candidatus Liberibacter Solanacearum (CalSo) han ido disminuyendo (sólo cuatro en 2019). En puerro, por su parte, aunque no se conoce muy bien el origen de los problemas, se cree que se introduce en el cultivo a través de una psila denominada ‘Bactericera tremblayi’. La investigadora del ITACYL también informó que los daños se detectan entre noviembre y enero y, sobre todo, en el triángulo formado por Íscar, Cuéllar y Gomezserracín, quizá por ser donde más años de monocultivo de puerro y zanahoria se ha dado. Finalmente, Carmen Asensio informó que en los ensayos con diversos fitosanitarios para eliminar o reducir las infecciones, los más efectivos fueron Cipermetrina y Movento. Dentro de este bloque, en segundo lugar, intervino VICTORIA DE LA HAZA, de AEPLA, disertando sobre ‘La situación de la autorización de productos fitosanitarios para puerro y zanahoria’. De la Haza, una vez puntualizado que sólo se autoriza un producto fitosanitario cuando es seguro para la salud humana, animal y del medio ambiente, informó que de media una sustancia activa tarda 10 años en obtenerse, con un coste de 250 millones de euros. La técnica de AEPLA comentó que, ante la paulatina prohibición de materias activas útiles en horticultura, el sector puede hacer varias cosas, entre ellas, solicitar una ampliación de uso para cultivos menores y el reconocimiento mutuo de fitosanitarios autorizados en otros países. Foto 8. M. CARMEN ASENSIO-MANZANERA, investigadora en ITACYL. Foto 9. VICTORIA DE LA HAZA, responsable de Asuntos Reglamentarios de AEPLA. Foto 10. Público asistente, técnicos y agricultores, siguieron con atención todas las intervenciones.
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