Nº 282 42 COSTES Y EFICIENCIA DEL MAÍZ ¿DÓNDE SE PUEDE RECORTAR GASTOS? ¿CÓMO SUBIR LAS PRODUCCIONES? V JORNADA disponibles hasta julio. Por otro lado, en cultivos de secano, aproximadamente el 83% de la tierra cultivada de Castilla y León, se observan precisiones más altas para estos dos años. Sin embargo, en cultivos de regadío las diferencias no siguen esa tendencia. De hecho, las medidas individuales de algunos cultivos de especial relevancia en la región, como el maíz, girasol, patatas y remolacha en regadío mejoran considerablemente en el año 2017, mostrando un mayor poder de discriminación de cultivos en regadío (ver Tabla 1). Esto lo podemos atribuir a las diferentes condiciones meteorológicas que presentaron los tres años de estudio, considerando 2016 y 2018 como un año húmedo y ligeramente húmedo, respectivamente, mientras que 2017 fue catalogado como un año muy seco, sufriendo una sequía que provocó algunos recortes de agua de riego en periodos clave del crecimiento de los cultivos. Por lo tanto, la capacidad de discriminación de cultivos en regadío mediante la metodología propuesta parece mejorar en años de sequía. Este resultado es el esperado ya que en condiciones de sequía la comparación entre el estado de la vegetación de un cultivo en regadío y uno en secano se muestran más significativas. Es importante tener en cuenta que los cultivos de verano en régimen de regadío tienen una más fácil identificación por las condiciones agroclimáticas presentes en nuestra región, dado que cultivos como el maíz, la remolacha y la patata, entre los más representativos, sólo se cultivan bajo regadío en dicha época del año. Sin embargo, discriminar los cultivos de invierno que se presentan tanto en secano como en regadío constituye el verdadero desafío, ya que la diferencia de respuesta espectral entre ambos regímenes en invierno no es tan acusada como en la época estival, cuando las condiciones de estrés hídrico hacen que las plantas en cultivos de secano reaccionen e inhiban su actividad fotosintética para no perder agua. Por lo tanto, desde el enfoque de la teledetección solventar esta situación es realmente complicado. Sin embargo, esta metodología ha resultado eficaz para este fin, tal y como puede verse en la Figura 2, en la que se muestra la discriminación del régimen de regadío en uno de los cultivos de invierno más representativos de la comunidad de Castilla y León, el trigo, con aproximadamente el 11% del área total de la región (ver Tabla 1). Las métricas de precisión obtenidas para el cultivo de trigo, son similares a las encontradas en la literatura (Conrad, 2010), alcanzando un índice de kappa del 0,82. La discriminación entre regadío y secano que ofrece este mapa, es de especial relevancia en el contexto de la PAC, ya que interesa no sólo la identificación de cultivos sino también la verificación del cumplimiento de algún tipo de condicionalidad, ya que hay ayudas asociadas a determinados cultivos que son sólo concedidas en un determinado sistema de explotación, ya sea secano o regadío. Tal es el caso, de las ayudas asociadas a cultivos proteicos, en concreto para la alfalfa, cuyo requisito específico es que sea de secano. Cabe destacar que hasta el momento solo se ha empleado esta técnica para la discriminación de ciertos cultivos herbáceos en regadío. Los prados y los cultivos leñosos, entre los cuales solo el viñedo es significativo en Castilla y León, no han sido evaluados por diversas razones. El viñedo en Castilla y León está orientado exclusivamente a la producción bajo figuras de calidad que imponen restricciones a la producción. En estas condiciones el riego es utilizado de forma deficitaria con el objeto de asegurar la calidad de la uva y por tanto las diferencias existentes entre el secano y el regadío son menores. Además, en el cultivo de viñedo la ratio suelo/planta es elevado y por lo tanto es más complicado detectar cambios del estado hídrico del cultivo por teledetección.
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