Tierras nº 280 (año 2019) 88 mensaje que hemos defendido siempre es procesar cultivos de Castilla y León, para que el agricultor tenga más alternativas en la rotación, porque fijas población y, además, porque se procesa y transforma aquí. No sólo es dar un servicio al agricultor, lo principal es que ACOR va a transformar, comercializar y vender la producción para buscar el valor añadido y para que todo quede en Castilla y León. La línea es esa. Estamos hablando y abriendo vías porque creo que el campo de la región tiene mucho potencial. Está claro que hay que diversificar, pero sigo teniendo mucha esperanza en la remolacha. Es verdad que ha atravesado un momento muy malo, pero creo que ha sido por una mala planificación en Europa. Se han equivocado en todos los pronósticos, no ha sido problema del mercado, si no que han contribuido a ello tanto Francia como Alemania y Reino Unido. Tenían previsiones claras de que iba a bajar el azúcar y después se iba a estabilizar el precio. El objetivo de Francia y Alemania fue que España dejara de producir y se equivocaron porque, aunque España redujo la superficie un 50%, como somos deficitarios en azúcar, volvemos a sembrar más. ¿Por qué nos van a vender un producto de fuera cuando somos deficitarios? Creían que por tener menos costes de producción nos iban a invadir, como sucedió con las campañas alrededor de la patata lavada, que también hizo que redujéramos el cultivo. Hoy hemos recuperado cultivo y nos hemos estabilizado. Lo que debemos conseguir es que no se metan en nuestro terreno. Se equivocaron con el azúcar y eso ha provocado pérdidas brutales y que se cerraran siete fábricas en Europa el año pasado. Pero la perspectiva a corto plazo es de situación equilibrada o de ligero déficit de azúcar, con lo que los mercados tenderán a estabilizar el precio. No será tan alto como el de hace años, pero se situará en un rango asumible por el consumidor, la industria y los productores. TI.- Con un gran colectivo de socios productores en la provincia de Valladolid, ¿sería descabellado abrir una vía a la patata de industria contando el gran número de almacenes existentes en la provincia? J.M.- No. Es una posibilidad más, pero hay muchas incluso en torno a la patata. En una visita a Francia, vimos que al lado de una azucarera había una feculera. Cuando hay un problema de mercado en la patata la hacen fécula y la dan valor, no la tiran. Aquí en España, cuando hay exceso de oferta hundimos el mercado, cuando se pueden aprovechar los excedentes. Hay mil alternativas, aunque no quiera decir que las hagamos mañana. Por ejemplo, en Zaragoza se hacen almidones, se hace proteína de alfalfa; es decir, hace falta imaginación, porque hay salidas. TI.- ¿Qué balance puede hacer del papel de las oleaginosas en el esquema productivo de la cooperativa? ¿Sigue el acuerdo con Sovena? J.M.- Seguimos en la línea que tenía ACOR antes de las elecciones, con el acuerdo con Sovena. El girasol y la colza son dos cultivos que están funcionando bien y, más o menos, ahí se van a mantener. No es que vayamos a crecer porque aquí no podemos producir más aceite, cuando Francia y Portugal ya lo están haciendo. En su día se hizo una inversión y ahí está el efecto. Con la colza, Sovena está haciendo algo de aceite pero lo lleva para Portugal. Con el girasol pasa lo mismo. Se recoge bastante pipa y se procesa, tanto la que viene de socios de ACOR como la que traen ellos. El acuerdo sigue, aunque se ha actualizado, porque se han revisado costes de estructuras y personal, que estaban algo desfasados. Son pequeños retoques, pero el acuerdo sigue. Estamos analizando y reubicando a la gente porque, al final, es un negocio y tienes que buscar cómo abaratar costes. Nos apoyamos en empresas externas que analizan la forma de trabajar y recomiendan cómo motivar mejor al trabajador y cómo sacar más partido a su trabajo. Por ejemplo, en la fábrica de remolacha hace falta una reestructuración bastante grande. En definitiva, se mantienen los acuerdos con Cooperativas
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