Tierras nº 280 (año 2019) 86 Se ha firmado con la mejor intención, se ha apretado hasta donde se ha podido, pero es lo que hay. Y no ha tenido una respuesta tan importante como parecía, porque el precio lo marca el mercado internacional pero el agricultor quiere ganar dinero y eso lo sabe la empresa. Siro quiere un trigo distinto, de Castilla y León, para hacer pasta; pero para eso hace falta investigación, trabajar variedades que den un potencial de producción ya que no pueden competir en precio, un trigo adaptado, que no se hiele. Si da más kilos se puede defender, aún con el precio internacional. En la empresa dicen que tienen la mejor fábrica para hacer pasta y que pueden comprar un barco de trigo a precio internacional, por lo que sólo se puede competir si se ofrece algo distinto, con trigo local. El acuerdo es bueno, pero estos trigos duros aún no están a la altura de otras variedades en cuanto a los rendimientos, quizá porque no están suficientemente probados. TI.- ¿Qué precios medios se fijan en este acuerdo? ¿Qué diferencia existe con lo que se hacía hasta ahora con este cultivo? J.M.- Siro pagaba 240 euros/Tm hasta ahora, 50% fijo y 50% referenciado a la Lonja de Córdoba en agosto. Nosotros propusimos 260 euros, la mitad fija también para garantizar un mínimo. Al final lo hemos dejado en 250 euros/Tm, 50% fijo y 50% referenciado al precio medio en la Lonja de Córdoba entre agosto y noviembre. Con este precio pensamos que podría tener más aceptación, pero no la ha tenido. Lo que no era de recibo es lo que se ha hecho estos años anteriores. Una cooperativa no puede dar un precio fijo porque, si el mercado se hunde, ¿quién pone el dinero? ¿Se cubrirían las pérdidas con lo ganado por la remolacha? Estos años ACOR tenía un compromiso con Arento para entregar trigo a 250 euros y, a su vez, hacía un contrato con el agricultor pero, si el precio de mercado bajaba, la cooperativa tenía que asumir las pérdidas y no estamos para eso. En este acuerdo con Siro, el contrato lo firma directamente Siro con el agricultor. Lo que pretendemos es defender un precio referencial y poder entregar un trigo de la Comunidad. Estoy convencido de que las nuevas variedades de trigo son más productivas, pero no las conoce el agricultor y hay que esperar más tiempo. Con producciones más altas el precio es interesante. TI.- ¿Qué superficie de trigo se valoró para esta campaña en la firma del convenio y cuál ha sido la cifra real? J.M.- En la campaña 2018-19 hemos tenido 1.600 hectáreas pero con un precio primado y, por eso, la gente ha entrado bien. Pero este año, con el precio un poco más bajo y sin prima, no hay tantas expectativas. TI.- ¿Qué hace falta para que el cultivo del trigo duro tenga éxito? J.M.- Está claro que hace falta más tiempo. Que la gente esté más receptiva, porque no se ve que el trigo normal tenga un diferencial grande respecto al trigo duro. El trigo blando se sabe que tiene pocos riesgos, se siembra pronto y te olvidas. Al trigo duro hay que hacerle más tratamientos y es más delicado, por eso decimos que hay que pagarle más precio. Yo confío en el trigo duro, porque hay variedades que tiene Siro que han tenido buena producción, lo que pasa que no se conocen bien. TI.- ¿Arento ya no es cliente de ACOR? J.M.- Arento está atravesando una reestructuración interna y, aunque teníamos un compromiso de entregar una producción, hemos llegado al acuerdo de aplazar el acuerdo un año o dos. Hasta ahora ACOR ha cumplido el Cooperativas
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