TE280 - Tierras Agricultura

nº 280 36 ‘LA GESTIÓN DEL VIÑEDO EN EL INVIERNO’ II JORNADA TÉCNICA Y DE CAMPO tricionales en terreno. Ocurre lo mismo en el control de enfermedades, la contaminación por cobre en los viñedos o incluso, el abuso en la utilización de productos ecológicos para el control de plagas. De hecho, estos son algunos de los mayores problemas a los que se enfrenta la industria vitivinícola en Francia. El microbioma es un elemento biomarcador infalible de la salud del suelo. Este permite por primera vez establecer dos tipos de necesidades que cubren el actual gap en cuanto a fertilización o necesidad de aporte de nutriente, y la necesidad de mejora de biodiversidad microbiológica del suelo. Algo que los actuales sistemas de análisis químicos del suelo no cubren. Por ejemplo, en un suelo en desequilibrio microbiológico, los microorganismos pueden llegar a competir y bloquear el aporte nutricional a la planta. Incluso, en un suelo muerto, no existiría la movilización de nutrientes. En esos casos, la fertilización química, tal y como hoy la conocemos, no sería favorable. Lo que realmente resultaría beneficioso sería utilizar técnicas de manejo agrícola que permitieran restaurar la biodiversidad microbiológica de suelo. En general, más que hablar de nutrición de las plantas, se debería hablar de la nutrición del suelo, entendida como la nutrición de la biodiversidad microbiológica del suelo. ¿CÓMO HACERLO? Aunque pueda parecer sencillo, los microorganismos no son visibles a simple vista, y muchas veces nos centramos en observar sus efectos, lo cual no es suficiente para prevenir posibles problemas. Drones e imágenes por satélite usan esta aproximación y permiten definir zonas con problemas de vigorosidad o enfermedades, pero sólo en algunos casos esta observación permite actuar a tiempo. Actualmente, sólo el 1% de los microorganismos se pueden cultivar en laboratorio. Por lo que la dependencia de otras especies es clave para la supervivencia, ya que sólo en algunos casos es posible utilizar medios de cultivo de laboratorio para conocer quién habita en los suelos. Por lo general estas técnicas son lentas y engorrosas. De hecho, apenas conocemos un pequeño porcentaje de los microorganismos que pueblan la Tierra, aunque recientes estimaciones predicen la existencia de alrededor de un trillón de especies diferentes, mientras que en las bases de datos actuales no figuran más de doscientas mil. La única forma de conseguir una “fotografía” precisa y directa que permita monitorizar las poblaciones microbianas que habitan el suelo es mediante el uso de modernas técnicas de identificación de ADN. Estas técnicas se han usado por primera vez en el ámbito de la salud humana hace relativamente poco, pero hoy, dada su democratización en términos de coste, es posible aplicarlas en agricultura. El ADN está presente en todos los seres vivos, es el libro de instrucciones que permite a todas las células realizar sus funciones vitales. La empresa Biome Makers -con sede en Valladolid- utiliza su propia tecnología patentada BeCrop® (antes Wineseq®) para la identificación de todos los microorganismos que habitan el suelo, y lo hace a través del análisis del ADN, como si de una prueba forense se tratara (Figura 2). Sin embargo, atendiendo únicamente a la taxonomía, es muy complicado poder hacer comparaciones entre viñedos bajo diferentes condiciones edafoclimáticas. Así, la única forma es hacerlo a través de sus propiedades funcionales. Biome Makers aplica complejas técnicas de Big Data biológico para establecer cálculos precisos acerca del potencial genético que tienen los microorganismos para movilizar nutrientes. Es decir, en un viñedo de la Rioja, hay unas especies de bacterias fijadoras de nitrógeno cuyo nombre es diferente a las de Jaén, pero sus funciones son las mismas y por lo tanto si pueden ser comparadas para optimizar ratios funcionales. Esta información sirve para tomar decisiones de manera más segura. Para este análisis, las ratios de actividad funcional del suelo de viñedo se han tenido en cuenta contando con más de 5.000 muestras recogidas en los últimos 4 años, en más de 18 países diferentes. Dichas ratios funcionales, han sido definidas para cada uno de los macronutrientes (C, N, K o P) pero también para micronutrientes (S, Ca, Cl, Mg, Fe, Mn, Zn y Cu), como se muestra en la figura 3. La empresa vallisoletana, en su informe de resultados, Figura 2. Técnica de recogida de muestras de Biome Makers.

RkJQdWJsaXNoZXIy Njg1MjYx