nº 280 35 ‘LA GESTIÓN DEL VIÑEDO EN EL INVIERNO’ II JORNADA TÉCNICA Y DE CAMPO en el suelo establecieron una relación ecológica vital con las plantas. De hecho, esta es una forma de asociación ininterrumpida. Se da la curiosidad de que, las raíces de la vid, igual que en el intestino humano, las comunidades microbianas se han adaptado a vivir en simbiosis con la vid. En general, de la riqueza microbiana que podemos encontrar en los suelos, las raíces están colonizadas por importantes grupos de bacterias y hongos que tienen la capacidad para metabolizar nutrientes y ponerlos a disposición de la planta. Por lo tanto, los microorganismos son esenciales para la nutrición, sin ellos plantas y animales no podrían sobrevivir. Al contrario, la textura del suelo del viñedo, los microorganismos que pueblan los suelos y raíces se ven afectados por las condiciones físico-químicas que los rodean. Actualmente, existen dos factores que están teniendo un impacto negativo sobre las comunidades microbianas del suelo y por ende en la fertilidad de los suelos agrícolas. Así, por un lado, el incremento de temperatura y la disminución de disponibilidad de agua debido al cambio climático, especialmente agravado en zonas de clima mediterráneo, está favoreciendo un cambio en las comunidades microbiológicas de suelo, desestabilizando su equilibrio biológico natural, y, por tanto, alterando su capacidad de movilizar nutrientes. Por otro lado, las prácticas agrícolas no integradas, el abuso de fertilizantes y pesticidas, han propiciado según datos de la FAO (Food and Agriculture Organization) una pérdida del 30% de los suelos fértiles cultivables del mundo en los últimos 40 años. Estas actividades no sólo agotan los nutrientes del suelo, sino que además diezman la vida microbiana de esos suelos. Como consecuencia, por muchos nutrientes que se puedan aportar en un suelo muerto, las plantas no se pueden desarrollar. Bajo estos escenarios poco alentadores, la única forma de entender la nutrición del viñedo es incluyendo el factor de la degradación biológica del suelo al resto de pruebas que miden el contenido de nutrientes, y ajustar las prácticas de fertilización al estado sanitario del suelo y sus necesidades reales. Los actuales análisis físico-químicos del suelo permiten establecer carencias nutricionales, y por lo tanto, calcular el aporte necesario al suelo. Este sistema ha resultado efectivo en cuanto al incremento de producción, pero no ha resultado efectivo en cuanto a la contaminación por nitratos y nitritos, y por exceso de dosis nu273A017
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