38 ESTUDIO DE PERCEPCIONES 3. Los jóvenes rurales tienden a abandonar el pueblo en búsqueda de oportunidades profesionales pero una buena parte preferiría quedarse a vivir en él. La capacidad de valoración de la vida rural evoluciona con la edad: las personas más jóvenes (menores de 25 años) se muestran más críticas con la falta de servicios y de posibilidades de socialización y, a medida que se alcanza la edad adulta, los ciudadanos conceden un mayor peso a las ventajas derivadas de la vida en el pueblo. 4. La población rural considera la despoblación como un problema grave hacia el que sienten preocupación y, a la vez, resignación porque consideran que no está en sus manos la resolución del problema, lo que provoca la falta de acción para buscar soluciones. Un sentimiento de conformismo hacia la despoblación envuelve al mundo rural, no solo a sus ciudadanos sino también a sus gobernantes que reconocen la escasez de medidas municipales dirigidas a frenar la despoblación. 5. En general, se aprecia un bajo conocimiento de la profundidad del problema de la despoblación que tiene cada municipio. La población rural analizada no demuestra estar informada de la bajada en las cifras de población en sus municipios ni menciona otros indicadores relacionados con la despoblación, como la densidad poblacional o la dispersión territorial. El municipio de mayor tamaño poblacional (Moraleja) refleja un bajo grado de conciencia hacia el riesgo de despoblación que padece su pueblo con relación a los otros dos municipios, lo que conduce a reflexionar sobre la relación entre el tamaño del municipio y el nivel de conciencia del ciudadano hacia la despoblación de su territorio. Se recomienda un mayor esfuerzo por parte de las Administraciones locales en mantener informados a los ciudadanos rurales del estado y avance de la despoblación en los municipios afectados y en sensibilizar a la población rural en los riesgos derivados de este problema. 6. La relación entre la población rural y la innovación es compleja: si bien entienden las nuevas tecnologías como algo positivo que puede ayudar a avanzar a la sociedad, el concepto de innovación es percibido como algo ajeno a ellos y no se reconocen como “innovadores”. El sentimiento histórico de que en el pueblo no hay nada que hacer, ha mermado la autoestima de las áreas rurales y ha erosionado la capacidad innovadora de sus habitantes. • El riesgo identificado en el estilo de vida rural es la tendencia a acomodarse en la repetición de hábitos que aleja a sus habitantes del impulso de emprender acciones nuevas para hacer las cosas mejor y de la cultura del esfuerzo, cualidades necesarias para arrancar un proyecto innovador. La innovación saca al ciudadano rural de su comodidad. Este riesgo podría suponer una limitación en la implantación de los proyectos que apliquen la innovación en el medio rural, por lo que se recomienda dedicar esfuerzos a minimizar su déficit de autoestima, poniendo en valor los aspectos positivos que ofrece el medio rural y fomentando la motivación, la creatividad, así como la capacidad y la actitud innovadora de sus habitantes. • De cara a promover la motivación, se recomienda involucrar a la población rural en el diseño y desarrollo de los proyectos, a través de una estrategia que promueva la comunicación, los pequeños cambios, la comprensión y la confianza, para después ir construyendo sobre esa base. La comunidad rural debería sentirse parte del proyecto y percibir que progresa en la medida que lo hace el proyecto. • En el medio rural es importante desarrollar cierta destreza en combinar la innovación con la tradición, respetando las costumbres que forman parte de la identidad del lugar y el proceso debe realizarse poco a poco, dando el tiempo suficiente para que toda la población asimile los cambios. Además, es recomendable incorporar un enfoque de innovación que, no solo ayude al que innove, sino a toda la comunidad donde se está implantando esa innovación. • Tradicionalmente, las personas rurales han tenido el talento y el valor de buscarse la vida ellas solas y superar los retos que la historia les ha puesto por delante, sin necesidad de recurrir a la modernidad y a la tecnología. Por ello, cualquier proyecto que quiera realmente ayudar al medio rural, debería empezar por ayudar a sus habitantes a despertar esa potencialidad innovadora que en algún momento de la historia se quedó dormida. 7. Para que avance la innovación en el medio rural, sería importante que también lo haga dentro del propio aparato administrativo local y, en este aspecto, se aprecia bastante margen de mejora. Es necesario una mayor planificación, romper barreras entre los distintos niveles de las AAPP, fomentar un espíritu de colaboración e impulsar proyectos colectivos: entre varios municipios, entre municipio y CCAA, y entre municipio, CCAA y Estado. Se propone la creación de un espacio de intercambio de experiencias donde aprovechar el conocimiento y compartir los esfuerzos realizados por cada municipio para mitigar la despoblación. • Desde las CCAA se promueve la innovación en las empresas, sin embargo, la excesiva estandarización puede desvirtuar la verdadera esencia de la innovación y se recomienda trabajar desde un enfoque más individualizado. Los gobiernos locales de los municipios rurales de menor tamaño apenas promueven
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