SOSTENIBILIDAD 75 Estos datos globales, junto a otros aspectos como la creciente preocupación por el bienestar animal, hace que el consumo de productos de origen animal esté siendo cuestionado en la búsqueda de dietas cada vez más sostenibles. Sin embargo, estos valores de emisiones son valores promedio globales que pueden no representar a todos los tipos de sistemas productivos o todas las geografías. Hay sistemas más eficientes que otros, y hay zonas geográficas más sensibles que otras a unos u otros impactos. Además, en relación con los objetivos de desarrollo sostenible de las Naciones Unidas (Naciones Unidas, 2015-2030) es importante evaluar el impacto de la actividad humana dando prioridad a aquellas actividades que cubran necesidades básicas como son la producción de alimentos. De este modo, es importante poner el foco en la función de los sistemas productivos de manera que se garantice la disponibilidad de alimentos y la máxima sostenibilidad ambiental en relación con la cantidad y calidad nutricional de los mismos que somos capaces de producir. Por tanto, una vez identificados los procesos de mayor relevancia a nivel global, las mejoras se han de evaluar sin ignorar el contexto local. Para mejorar la sostenibilidad ambiental de nuestros sistemas, hemos de conocer primero el impacto ambiental de los mismos con las particularidades de la producción en nuestro territorio. De ahí la importancia de medir la huella Con esto no se le resta valor a estos datos globales que nos dan una perspectiva general de los problemas ambientales a los que nos enfrentamos y nos orientan sobre dónde hay potencial para la mejora. Simplemente, no puede dejarse de lado que carne y leche son dos alimentos habitualmente incluidos en las dietas actuales por sus calidades nutritivas. Vacas de raza Charolesa. Vacas de aptitud láctea en una pradera.
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