29 PRODUCCIÓN Con una inversión prevista de 12 millones de euros, el objetivo de la Generalitat es que el centro se gestione públicamente en un 49% y de forma privada en un 51%, “motivo por el que necesitamos que nuestras empresas se sumen”, afirmó Puig. Oriol Alcoba Malaspina, Director General de Industria del Departament d’Empresa i Treball de la Generalitat de Catalunya, recordó que este proyecto se enmarca dentro del Pacto Nacional para la Industria, “una hoja de ruta que seguimos desde hace dos años”. Alcoba considera que la proteína alternativa cuenta con “una cadena de valor incipiente” pero está convencido de que es “un sector de futuro”. Así, dijo: “Cataluña lo tiene todo para ser un agente protagonista del desarrollo de esta industria”. El proyecto “solo funcionará si las empresas lo usan”, declaró, insistiendo en que la coexistencia entre las compañías privadas, los inversores internacionales y el centro IRTA serán la clave del éxito. Jaume Sió Torres, jefe del Gabinete Técnico del Departament d’Acció Climàtica, Alimentació i Agenda Rural de la Generalitat de Catalunya añadió que el objetivo es “transformar el conocimiento en tejido productivo” ya que considera que “existe suficiente investigación para convertir el escalado industrial en una realidad y, así, transformar recursos propios en riqueza que alimente el territorio, pero también con capacidad exportadora”. En este sentido, el presidente de la Diputació de Lleida, Jaume Talarn, destacó el grupo de trabajo interinstitucional G10, que impulsa la transformación del modelo económico de las Terres de Lleida, Pirineo y Aran, lugar en el que se ubicará la planta. Es en esta línea que la bioeconomía juega un papel vital ya que la planta se situará en un espacio donde se desarrollará el primer biopolígono industrial, promovido por la Generalitat en el marco de la iniciativa Biohub Cat y de la Ris3cat 2030, que cuenta con el apoyo de la UE: “La Oscar Serra, director de Ingal, presentó el proyecto en la feria Alimentaria 2024. creación de biopolígonos industriales y bioindustrias son la clave del reequilibrio del territorio”, afirmó Talarn. Para que esta bioeconomía será factible, debe ser “socialmente deseable, económicamente viable y medioambientalmente posible”, y con el anteproyecto de la planta “lo hemos logrado”, garantizó. Aunque en Europa existen ya instalaciones similares en Alemania, Francia e Italia, la construcción de la planta convertirá Alcarràs en el primer polo de desarrollo del Estado de la industria basada en proteínas alternativas a la carne. UNA PLANTA PARA LA PRODUCCIÓN, NO PARA LA INVESTIGACIÓN Esta iniciativa permitirá que los productores interesados en desarrollar líneas de alimentos alternativos a la carne puedan tener acceso a maquinaria, tecnología y equipo para experimentar en este ámbito, lo que redundará en el desarrollo de este tipo de alimentación.
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