89 SOSTENIBILIDAD 20 grados Centígrados aproximadamente); mientras que el segundo mantenía esa misma dieta con una regulación térmica más elevada, de 30 grados Centígrados. Por último, el tercero servía como comparativa para los otros dos, dado que estuvieron a temperatura ambiente pero con la misma ingesta que el segundo grupo. “Comprobamos que los cerdos que vivieron a 30 grados Centígrados redujeron su ingesta en relación al grupo de animales criados a temperatura ambiente y su organismo se adaptó a la adversidad generando mecanismos de defensa biológicos, como una mayor producción de antioxidantes”, comenta Isabel Seiquer. Tras el periodo de monitoreo y experimentación, los científicos analizaron en el laboratorio la carne de los cerdos para comprobar si existían diferencias significativas entre los tres grupos. De este modo, confirmaron que la de los cerdos ibéricos que habían vivido en un entorno más cálido mantenía cualidades como el color rojizo y el alto nivel de ácido oleico. Además, la carne aumentó su capacidad para retener agua, lo que hace que sea más tierna y más jugosa. Por otra parte, los científicos no observaron que la grasa se volviera más rancia ni cambios en su color, como le pasa a la carne de otras razas. FACTORES AMBIENTALES Según el informe ‘Impactos y riesgos derivados del cambio climático en España, 2021’ publicado por el Ministerio para la Transición Ecológica, se estima que los días con temperaturas superiores a los 25 grados centígrados -umbral en el quemuchos animales sufren estrés térmico- aumentarán durante los próximos 30 años. “Factores como las crecientes altas temperaturas del planeta afectan a la ganadería y producen cambios en la alimentación de animales. Nuestro objetivo era comprobar que estas condiciones no afectarán a la producción de carne de cerdo ibérico a corto plazo”, comenta Isabel Seiquer. Los expertos pretenden ahora analizar los efectos del calor en la productividad de las hembras de cerdo ibérico y en la salud de los lechones, entre otros marcadores. “También queremos desarrollar piensos con materias primas alternativas que no impliquen una explotación agraria exhaustiva. De este modo, queremos contribuir a una ganadería porcina de calidad y más sostenible”, explica Isabel Seiquer. Este trabajo ha sido financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación bajo el proyecto AGL2016-80231-R y por fondos propios del Grupo Nutrición Animal de la Estación Experimental del Zaidín (CSIC).n Pabellón 9.1 - Stand C78 Visítenos en
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