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3 editorial Toni Amat Director toni@tradebike.es Un cambio de imagen TradeBike&Tri defiende la pluralidad y la plena libertad de opinión, y de acuerdo con esta política admite cualquier tipo de colaboración coherente con los contenidos de la revista. Sin embargo, no se hace responsable de las opiniones expresadas por sus colaboradores ni de las consecuencias de cualquier tipo que de ellas se deriven, ya que dichas opiniones se entienden siempre a título personal y bajo entera responsabilidad del autor. opinión Albert Puyuelo Redactor jefe albert@tradebike.es Tenemos bicis de cine, pero no en las pantallas. Cerrad los ojos e intentad pensar en imágenes de bicicletas en el cine. Seguro que, para la mayoría, lo primero que nos viene a la cabeza son los clásicos Goonies o E.T., que son películas protagonizadas por niños y niñas. Y si pensamos en bicicletas montadas por adultos, probablemente se trate de escenas cómicas. El protagonista tiene que huir en bici porque no ha encontrado nada más (qué gracioso) y luego se rompe en pedazos porque es un artilugio ridículo, pero qué guapo se ve luego cuando va con su buga. Por suerte, hay un montón de películas en las que el ciclismo se ve como un transporte más, sin que proyecte una imagen penosa. Hace poco vi un magnífico thriller francés llamado La Noche del 12, en el que el protagonista entrenaba día tras día con su bici. El hecho de que fuera en bici no tenía ninguna importancia, podría haber hecho natación o lo que fuera. Lo destacable es que la bici estaba integrada como algo natural, cosa que no solemos ver en los audiovisuales. Podría contar con los dedos de las manos las películas o series - especialmente norteamericanas - en las que la bicicleta sea un elemento serio. Que cojan la bici, se transporten con ella, y punto. En los anuncios, la bici sirve para mandar un mensaje de ecologismo, reducción de huella de carbono, etc. Es evidente que muchas empresas han hecho un poco de "greenwashing" con bicicletas en sus anuncios. ¿Es positivo? En gran parte, sí, pero la imagen que la gente obtiene se está encerrando en una sola dirección. Una mayoría de jóvenes se inclina hacia los patinetes eléctricos, en lugar de bicis. Debemos preguntarnos si se ha hecho algo mal desde el sector bike. Una escritora me contaba que muchos amigos suyos no compran su libro porque esperan que ella se los regale firmados, cuando lo normal sería que la gente los comprara con ilusión. Pero los libros van perdiendo valor década tras década: te los pueden dejar, te los puedes descargar… y es probable que iniciativas como el Bono Cultural Joven le reste valor a la cultura, le quite importancia. Es un buen impulso, sin duda, pero a corto plazo. Más de una vez se habló de crear bonos parecidos al Cultural para promover y reactivar la compra de bicicletas. La cuestión es que cuando dejen de existir iniciativas como el Bono Cultural, ¿querrán pagar por libros o bicis cuando antes eran gratis? Difícilmente crezca una generación apreciando el valor real de una entrada de teatro, por decir algo. En cambio, los teléfonos móviles o la conexión a Internet tienen un valor que, posiblemente, no se merecen. Es una cuestión de la imagen que cada producto ha proyectado a lo largo de los últimos años. Menudo dilema. Si le das valor a un objeto, subirá de precio y será menos accesible. ¿Tendríamos que hacer lo mismo con las bicis? Hay que invertir más en imagen, más en educación vial, integrar las bicis de forma natural y que sean más que un estilo de vida. Que las autoridades no las utilicen para lavar su imagen en momentos puntuales. La premisa tiene que ser que la bici tiene un valor inestimable. Hay que pedir que sean gratis otras cosas.Toca un cambio de imagen. Tengo la suerte de vivir en la zona del Maresme, donde enfrente tengo el mar y detrás tengo una pequeña cordillera de 450m de altitud máxima, que arranca en Santa Coloma de Gramanet y acaba en Blanes, aproximadamente. Una sierra no muy alta, pero con muchas posibilidades a nivel de practicar deportes outdoor: ya sea en bici, corriendo o andando. Una zona que he recorrido y sigo disfrutando de todas las maneras posibles. Con una vegetación más seca en la cara que da a mar, con mucho pino, y más húmeda la zona trasera que da al Vallès, con más encinas y robles, muy bonita, con grandes vistas y con un sinfín de caminos y senderos para perderse y disfrutar. Una zona perfecta para la práctica del MTB. Pues bien, después de muchos años de controlar y poner pegas a los deportistas y limitar accesos a según qué caminos, con la excusa de conservar y preservar la naturaleza; desde hace más de un año se está realizando una operación de limpieza, o saneamiento del bosque, para evitar incendios. O ese es el pretexto. La realidad, donde había caminitos, senderos y bonitas trialeras (muchas veces prohibidas para las bicis, motos o caballos) ahora hay pistas anchas de tierra de entre 3 y 4 metros para que puedan entrar los tractores o camiones. Han arrasado el sotobosque, y cortado una gran cantidad de árboles, de los cuales solo se retiran los troncos gruesos. Todo el resto, lo que son ramas y hojas, quedan apiladas y se van secando hasta convertirse en auténticas hogueras en potencia… y más con la falta de lluvia de estos últimos años. Esto ha implicado que una parte importante de la pequeña fauna que había (insectos, pequeños roedores y demás han desaparecido, y con ellos muchos pájaros). Este es el panorama. Y el “saneamiento” continua: estamos ya finalizando el segundo año y no parece que vayan a parar, evidentemente. Cuanto más próxima es la zona a urbanizaciones, más drástica es la operación. Esperemos que no sea para seguir urbanizando, en todo caso, las pilas de ramas secas ahí están. Este es solo un ejemplo, el que tengo más cerca de casa. La reflexión es muy sencilla y básica:llevamos muchos años restringiendo,prohibiendo y multando con la excusa de preservar y, ahora, de golpe, saneamos y arrasamos con todos esos bonitos senderos y caminillos. Mi pregunta es si esto también sucederá en zonas “calientes” como Colleserola o Sierra Nevada, zonas donde ya se está prohibiendo y multando demasiado por ir en bicicleta. Zonas donde históricamente el paso de bicicletas, caballos o deportistas mantenían abiertos los caminos para que,en caso de incendio,los bomberos pudieran entrar. Somos el único país con dos destinos cicloturistas (1ºMallorca y 3ªCanarias) entre los tres primeros a nivel mundial y muchas opciones más cicloturistas en todo el territorio, presentes o futuras. Un país con mucho camino por recorrer a nivel de movilidad urbana sobre todo en lo que la bicicleta se refiere, respecto a nuestros vecinos europeos. Y en vez de potenciar y ayudar el uso de la bicicleta a todos los niveles, nos dedicamos a prohibir y multar con falsas excusas, para después acabar urbanizando o arrasando esa zona tan “protegida”. Deberíamos hacer un esfuerzo para prohibir menos y potenciar más. Prohibido prohibir Llevamos muchos años restringiendo, prohibiendo y multando con la excusa de preservar... Es evidente que muchas empresas han hecho un poco de "greenwashing" con bicicletas en sus anuncios.

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