últimos años estamos viendo marcas realmente estratosféricas. La frontera de las 8 horas ya hace tiempo que se ha superado, y no solo por un atleta, ya empiezan a ser unos cuantos. Ello se debe a la evolución ya sea del material, como del entreno y también de la nutrición. Material El triatlón siempre ha sido un buen laboratorio para nuevos productos. La dureza de las pruebas y las tres disciplinas de la competición hacen que siempre se esté buscando optimizar el esfuerzo en cada una de ellas. Aparte el triatleta suele ser de “mentalidad abierta” a la hora de probar cosas y buscar mejoras. No cabe duda que el triatleta es un per l exigente, es un deportista que está muy al día, siempre informado de lo más nuevo. Suele tener un poder adquisitivo alto que le permite invertir mucho en material. Es marquista y le gusta estar a la última e innovar, y probar cosas diferentes. Un concreto IM puede ser su objetivo del año y para ello entrena e invierte todo el año. Si empezamos por el material, a nivel de montura, las cabras cada día aportan formas más aerodinámicas. Estos últimos años se han roto las formas tradicionales, buscando diseños rompedores, controlando hasta el último detalle en los túneles del viento, buscando las formas perfectas y pesos que mejoren la velocidad de crucero en la lucha contra la resistencia del viento. Hay algunos detalles que marcan la diferencia en tema de complementos y que se dan el toque de nitivo en tema de nutrición, como – por ejemplo - la incorporación de los camel. O los cockpit cada vez más personalizados, hechos a medida, para adaptarse a la postura ideal para cada triatleta. También tenemos sillines más cortos pero anchos que permiten posiciones agresivas, pero a su vez cómodos y que permiten rodar al máximo pero controlando la estabilidad de la bici, y sin por ello castigar el cuerpo con posturas insufribles que luego podrían penalizar el estado de forma en la carrera a pie. Las ruedas siempre han jugado un papel muy importante en la aerodinámica, y la correcta elección en función de las condiciones meteorológicas y el tipo de circuito es clave en la lucha contra el crono en larga distancia. Evidentemente, vemos la incorporación de los frenos de disco o per les de fondo de llanta más anchos para adaptarlos a las novedades a nivel de cubiertas, todo ello siguiendo un poco las evoluciones en road. También los cambios electrónicos hace tiempo que se han hecho su lugar en el TRI, y recientemente el nuevo sistema de transmisión Classi ed también ha sacado su versión especi ca.Podéis ver,en las páginas siguientes, una noticia al detalle de lo que implica esta tecnología aplicada al triatlón. Como decíamos, esta disciplina es un auténtico laboratorio para desarrollo y test. A nivel de equipaciones, también ha existido una evolución importante, empezando por los neoprenos, cada vez más adaptados a cada triatleta, con diferentes tipos y grosores, con mayor o menor Âotabilidad o Âexibilidad en funcione de los estilos y características del atleta. El Trisuit (tritraje) también ha evolucionado. No olvidemos que debe ser una prenda que nos permita realizar todas y cada una de las modalidades con la máxima comodidad y rendimiento. Que sea válido para nadar, ir en bici o correr. Un patrón y tejido que debe soportar tres posturas y movimientos diferentes, con un buen secado, hidrófugo, y en ocasiones con algo de compresión. Casco y gafas aerodinámicos, que se acoplen bien a la postura que adoptaremos en la bici para reducir al máximo la resistencia del aire, pero a su vez, ser cómodos y una buena protección. Las zapatillas de bici tienen que ser ligeras, rápidas de ajustar, transpirables, y que transmitan toda la potencia, pero cómodas. Y las zapatillas para correr ya son más a gusto del triatleta. La última tendencia es una buena amortiguación. Y para nalizar, acabamos con un apartado muy, muy importante en la larga distancia: la nutrición. Un apartado que trataremos ampliamente en esta revista en el Especial de Nutrición. Estamos ante un elemento que juega un papel clave en estas competiciones, en el mejor de los casos deberemos tener el cuerpo a tope para resistir 8 horas, aunque puede que sean 10 o hasta 16. Por lo cual, la ingesta de alimentos debe estar muy bien plani cada y entrenada. Cada modalidad nos permite un tipo de alimento, y mientras en natación – como máximo - tomaremos un gel a la salida, en bici podremos ingerir alimento líquido, barritas, gominolas y geles, y en el tramo de carrera a pie lo mejor será geles y líquido. Sin olvidar las sales durante toda la carrera. Y un buen recuperador al acabar. Este también es un apartado que ha experimentado una gran evolución y que también tiene un papel importante para conseguir las nuevas marcas de tiempo que se están consiguiendo. Foto: NeverSecond Foto: Clement Mignon, 226ERS Foto: Crown Nutrition
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