50 TB Nos toca prepararnos una dura prueba de ultra-resistencia que nos exigen nadar 3,8Km, pedalear 180Km y correr 42Km, es decir, enfrentarnos a un Ironman. Ello nos lleva a plantearnos diversos objetivos y entre ellos se encuentra la alimentación respecto a: 1. Asegurar la formación de reservas óptimas; 2. Garantizar el perfecto estado del tejido muscular y preparar una buena recuperación; 3. Evitar todo problema digestivo y 4. Prevenir los déficits minerales y eliminar toda fatiga subsiguiente a la preparación. La alimentación sufre una serie de modificaciones para cubrir estos objetivos, destacando la realización de la “carga de hidratos de carbono (HC)”. Esta resulta uno de los términos más incomprendidos en la nutrición deportiva y es muy popular entre los triatletas que va mucho más allá de comer pasta o atiborrarse a comida la semana previa. Anteriormente se establecía que para realizar esta carga, previamente había que agotar los depósitos de glucógeno muscular (fase o régimen hipoglucídico de 3-4 días) para continuar con una carga de HC y aumentar estos depósitos (fase o régimen hiperglucídico de 3 días aproximadamente). Las recientes investigaciones han permitido que el método se actualice para que esta carga de HC sea más manejable para el triatleta, siendo innecesaria la fase de agotamiento, mantenimiento únicamente una dieta alta en carbohidratos (10-12g/kg de peso corporal) de 1 a 3 días previos. Se ha observado que realizar esta carga de HC puede aumentar el rendimiento deportivo en un 2-3% para una prueba de ultra-resistencia, como el caso del Ironman. Esta carga lleva implícito el aumento de peso de hasta 2kg, debido al almacenamiento de glucógeno muscular y agua (se requieren 3g de agua por cada g de glucógeno muscular almacenado). El temor por la ganancia de peso, puede influir en no realizar una carga de HC adecuada. Claves alimentarias para afrontar un IRONMAN
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