vez llegan nuevas propuestas. Es, como hemos dicho antes, un producto muy “exclusivo” de la tienda especializada en triatlón y una inversión que, si se corren 2 o 3 pruebas al año, es del todo rentable. Además, hay que tener muy en cuenta las ventajas que aporta a la hora de nadar, especialmente en cuanto a flotabilidad: no hay que olvidar que la natación suele ser la parte menos “apreciada” por los triatletas –sobre todo por los noveles, que suelen venir del running o del bike- y para muchos usar el neopreno ayuda a superar con menos desgaste esta parte. Satélites con personalidad Calzado, bicis y neoprenos son, sin duda, los productos estrella del triatlón. Pero no son los únicos. Esta modalidad tiene entre su oferta una amplia variedad de complementos que han ganado mucho protagonismo en los últimos años y que, en la mayoría de casos, dejan una gran rentabilidad a la tienda, tanto por su buena demanda –y venta- como por su rotación y margen. Para muchos deportistas, este tipo de productos acaban teniendo, además, una importancia tan o más destacable que la que puedan tener calzado, material duro o neoprenos. Y la mejor prueba de ello es su desarrollo a nivel de tecnicidad, usabilidad, funcionalidad y diseño. La lista de complementos y accesorios que encajan dentro de esta modalidad es muy larga (algo lógico partiendo de la base que reúne a tres deportes donde, precisamente, los complementos tienen mucho peso) y podemos encontrar desde gafas, gorras, perneras o calcetines, hasta portadorsales o cremas solares. Sin embargo, hay dos universos que están ganando mucho protagonismo en la tienda y, también, en las compras de los triatletas: los pulsómetros y la nutrición. Respecto a los primeros, los pulsómetros, poco que añadir a los que llevamos meses diciendo. Su precio medio, obviamente, es muy superior al de la mayoría de complementos, pero su evolución ha sido una de las más espectaculares que se han dado en la última década dentro del sector. El deportista es cada vez más exigente con su entrenamiento y de ello se han beneficiado –y mucho- los pulsómetros. El trabajo de marcas como Suunto, Polar o Garmin ha sido clave en la dinamización de las ventas. Han logrado que cada vez haya más deportistas que entiendan la importancia de controlar su ejercicio y, sobre todo, han logrado que para éstos el precio no sea un freno. En cuanto a la nutrición y los complementos alimenticios es, sin duda, la categoría que más ha crecido proporcionalmente en los últimos meses, especialmente todo lo que tenga que ver con barritas, geles o hidratación durante el ejercicio. El triatlón – como las carreras de larga distancia de running o bike- es un deporte muy exigente y que, normalmente, salvo en las distancias cortas, conlleva un tiempo de ejercicio lo suficientemente largo como para que, en algún momento, el cuerpo necesite más energía e hidratación. Una buena bici o unas buenas zapatillas ayudan a ganar tiempo, pero seguramente no son imprescindibles. Sin embargo, quienes afrontan una carrera larga están obligados a cuidar al máximo su rendimiento y su salud, y en este contexto geles, barritas o bebidas isotónicas se hacen imprescindibles para mantener el rendimiento y no correr el riesgo de sufrir una “pájara” o, incluso, algo peor. Y lejos de los que muchos puedan pensar, no es algo exclusivo para los profesionales o los triatletas habituales. Todo el mundo puede comprobar como, si se gestiona bien su ingesta, este tipo de productos pueden ayudarles a maximizar su rendimiento. Y por eso han crecido como lo han hecho, sobre todo en oferta, con cada vez más marcas “asaltando” el mercado nacional. Además, es un producto que por su precio y por los hábitos de compra, genera mucho tráfico en la tienda y es un buen reclamo para fidelizar al cliente. Tras la moda, selección natural Es cierto que el triatlón ha crecido mucho en los últimos años y de los 400 o 500 federados de hace una década se ha pasado a los más de 4.000 de ahora, pero sigue siendo un deporte muy minoritario. Que en determinadas pruebas haya cuatro o cinco mil participantes no refleja, ni mucho menos, la realidad de este deporte. Además, las infraestructuras limitan mucho la cifra de participantes en las pruebas y eso, seguramente, será un freno a su progresión. El potencial es importante, pero tiene unos límites muy bien definidos. Límites que, seguramente, están muy por debajo de lo que algunos creen. La demanda crece, pero la oferta es excesiva y lo peor es que se siguen abriendo tiendas cada mes. La selección natural hará su trabajo y, al final, quedarán sólo las tiendas que se gestionan con la cabeza y que tienen al frente gente que sabe cómo hacerlo y que conoce muy bien el producto (de triatlón y de cada una de sus modalidades). Tal y como están las cosas –y antes tampoco- no basta con ser un apasionado de este deporte y encontrar un local más o menos decente. Las marcas, por su parte, deben seguir apostando por este deporte, pero también tienen que asumir sus limitaciones y, especialmente, tienen que cuidar a sus clientes históricos y no dejarse cegar por las constantes aperturas para colocar producto. Si la evolución se cuida, si no se abusa en exceso de una moda que sigue siendo moda, el triatlón aún puede ser una apuesta muy rentable para tiendas y marcas; si lo quemamos, habremos dejados escapar, otra vez, una buena oportunidad. 11 TB La demanda crece, pero la oferta es excesiva y lo peor es que se siguen abriendo tiendas cada mes. La selección natural hará su trabajo y, al final, quedarán sólo las tiendas que se gestionan con la cabeza y que tienen al frente gente que sabe cómo hacerlo y conoce muy bien el producto.
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