uando escuchas hablar de la TITAN DESERT MOROCCO desde fuera te imaginas un gran evento celebrado en un polvorín de calor, arena y viento... Y cuando llegas allí, no sólo se conýrma sino que se acrecenta esa idea y el tamaño de esta prueba, que es especial en todos los sentidos. Dureza, compañerismo y una increíble logística sorprenden tanto al novato como al experimentado ‘titán/a’, que repite edición tras edición en una prueba que engancha. En mi caso, fui invitado por parte de la marca de bicis GHOST para contar mi experiencia en redes sociales y crear contenido para mi canal de vídeos, donde fundamentalmente hablo sobre gravel, bikepacking y aventura en bicicleta. Así que el hecho de que participara en una bicicleta gravel fue casi de pura lógica, aunque debo de reconocer que la ‘loca’ idea partió de Muriel Bouhet (Brand Marketing Manager Ghost) y yo, literalmente, no pude resistirme ni un segundo. Siempre me han gustado los grandes retos, aquellos que inspiran, y la llamada del desierto era poderosa. Tenía constancia de que la edición de este año iba a ser más rodadora y con algo más de arena, una edición 100% TITAN que recordaba, y mucho, a las primeras y originarias ediciones. Así que una vez aceptada la invitación tocó intensiýcar y retocar planes de entrenamiento y nutrición para llegar lo más adaptado posible a la TITAN. Cuando llegué a Marruecos, lo hice con la humildad del que sabe que puede no acabar con éxito la empresa que se ha propuesto. Máxime habiendo tanta gente que me miraba con escepticismo e incluso abiertamente me Fotos: CanoFotoSports daba suerte y me comentaba que muchos participantes andaban expectantes de si lograría acabar. Lo cierto es que la primera etapa fue realmente rodadora, con pocas diýcultades y el pedaleo se hizo muy þuido, lo que me hizo pensar que si más o menos era todo así, no iba a haber problema alguno. Pero esto es la TITAN, y más vale tratar con respeto al desierto o de un plumazo éste o cualquier otro detalle te mandan a casa. La mecánica, la nutrición, el calor, la deshidratación, las caídas, la monotonía, el reto mental y físico, las llagas, ampollas y mil pequeños detallles pueden hacer cambiar la balanza... Así que no conviene bajar la guardia y tomarte cada día como una ýnal. El calor fue intenso, especialmente en el segundo y tercer día, donde los termómetros subieron por encima de 45ºC en horas centrales y obligó a racionar bien las fuerzas. La segunda etapa también se adaptó muy bien a las características de la gravel y salvo los últimos 10 kilómetros con muchos bancos de arena, el terreno fue muy propicio. En la tercera etapa a pesar de estar recortada,con muy buen criterio por parte de la organización, la dureza vino dada por un viento fuerte que azotó al comienzo de cara y al ýnal afortunadamente fue de cola. Un terreno bastante liso y con pocas diýcultades técnicas nuevamente me permitieron rodar fuerte buscando evitar siempre el ondulado de las pistas tan característico de Marruecos. La cuarta etapa nuevamente ofreció un terreno rápido donde el mayor enemigo, en ocasiones, era la arena y el viento de cara.Salvo eso,algunos tramos incluían pasos pedregosos donde lo recomendado era evitar pinchazos o cubiertas rajadas fruto de las bajas presiones y la presencia de piedras cortantes fuera de pista. El viento hizo acto de presencia y endureció la prueba, pero la bici aguantó todos y cada uno de los envites sin pestañear.Algo que, a priori, no esperaba pues la TITAN siempre pone al límite cada bici y ésta que no tenía grandes suspensiones, más aún. Seguro que parte del resultado es porcentaje de suerte, pero también de la conducción realizada así como de la elección ýnal de material. Un combo importante que conviene cuidar para obtener un buen resultado y volver con una experiencia positiva. El quinto día ocultaba una jornada de aparentemente menos kilometraje pero mayor dureza al tener que cruzar (caminar) las dunas de Erg Chebbi, unos 4 kilómetros que entre fotos, vídeos y arena blanda bajó la media de velocidad de la jornada. Unido a un viento fuerte de sureste, la primera mitad de la etapa se puso cara a pesar de un terreno bastante rápido pero, eso si, con mucho rizo que obligaba a salir fuera de pista en la medida de lo posible. Una etapa donde se podían hacer buenos recortes sobre el track pero que, como casi siempre, exponían el material ante pinchos, rocas y múltiples sorpresas... La jornada se cerró con la circunvalación de las dunas de Erg Chebbi no sin esfuerzo ante el combo de viento y calor. La última etapa,a pesar de tener menos kilómetros fue igualmente dura y algo más divertida debido a la presencia de paisaje más cambiante así como un par de bajadas algo más técnicas que permitían distraerse del persistente horizonte en el llano. Algunas rocas, cantos rodados de río y pasos de arena pusieron las últimas diýcultades de la jornada antes de llegar a la línea de meta con la alegría de haber completado todo el recorrido sin problemas mecánicos, sin ningún pinchazo y siendo la primera bici gravel, hasta la fecha, en ýnalizar todo el recorrido de la TITAN DESERT en las 16 ediciones que llevan realizándose desde 2006. ¡Siempre tiene que haber alguien que sea el primero! Quién sabe si el próximo año existe categoría gravel, el camina queda de momento marcado y desde mi punto de vista considero que esta prueba tiene un gran potencial para este tipo de bicis. La bici con la que participé en la TITAN fue una GHOST ROAD RAGE que de serie venía con ruedas de 700 y cubiertas de 37mm así como transmisión Shimano GRX de diez piñones con doble plato. Para afrontar la prueba con garantías me centré en, primero, buscar unas ruedas de 650b sobre las que pudiera acomodar una buena cubierta que me diera mayor þotabilidad en arena y comodidad sobre terreno roto. Las ruedas de 650b son además más fuertes estructuralmente en una prueba dura para el material y además logré unos buenos aros de carbono con garganta interna de 27mm que me permitían jugar aún más con presiones bajas. Las ruedas fueron unas Doctor Wheel Factory Racing 650 Gravel que agrupé junto a unos neumáticos Chaoyang Zippering de 2” (50mm) de la línea de MTB, pero con un dibujo muy rodador y líquido tubeless Stan´s No Tube´s en abundancia (120ml) y sin ningún tipo de protector ni mousse.Tan sólo conducción activa con mucha anticipación buscando la línea menos rota evitando piedras grandes y demás pues no tenía tanto balón ni suspensiones tan largas como otros participantes. En cuanto a la transmisión, la dejé tal cual pero puse un cassette 11-42 para obtener más rango y forcé el cambio trasero y las manetas para lograr 11v con platos 46/30 que me permitían pedalear en todo tipo de terreno. Para optimizar la comodidad y la ergonomía, puse manillar Redshift con 20mm de rise con top y drop gripa de goma para absorber vibraciones y doble encintado de manillar así como potencia de suspensión Vecnum de 30 mm de recorrido y tija de suspensión REDSHIFT con sistema de paralelogramos y un sillín Mimic que ya tenía probado en otras carreras y sabía que no iba a darme problemas.
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