mucho más amplios, y conscientes de todos los beneficios que puede aportar una feria para ellos pero también para el resto, prefieren montar su propio evento o presentación y tener a sus clientes concentrados en su marca y producto. En ocasiones, consideran que en una feria su presencia es un reclamo del que se benefician otras marcas y compañías, una reflexión de doble filo, pues si la feria tiene éxito su no-presencia da mayor protagonismo a otras marcas quizás no tan importantes, ayudándolas a consolidarse o a posicionarse mejor. En todo caso, las ferias son necesarias y más en un sector como el del bike. Necesarias para que profesionales y clientes finales disfruten de una experiencia que les ayude a conocer el nuevo productor, y especialmente en el caso de las tiendas para conocer también la competencia. No perdamos de vista que las tiendas de bike todavía tienen un gran poder de prescripción, y por tanto es muy importante que conozcan y tengan el máximo de información y detalles sobre los diferentes modelos y marcas para poder aconsejar y vender con el máximo de fuerza, teniendo más info y experiencia que el cliente final. Está claro que las ferias virtuales no han acabado de cuajar. Las presentaciones virtuales son una buena herramienta informativa, que permite llegar a mucha gente indiferentemente de la distancia, pero es muy difícil transmitir emoción o encanto real, son más una formula informática y formativa que una experiencia. Seguro que pueden aportar, e incluso complementar a las ferias físicas. Pero poder ver, tocar o probar en exclusiva un nuevo modelo en un entorno diferente, profesional e incluso festivo lo convierte en una experiencia única que motiva al protagonista a contarlo y comunicarlo al máximo de gente, aparte de dotarlo de más argumentos y anécdotas, o “salsa” para contarlo y venderlo. Una conversación o reflexión importante a realizar es qué debemos hacer para que esta herramienta, las ferias, recuperen protagonismo y el interés de los expositores. Y con ello, el público - ya sea profesional o final.Y que vuelvan a ser una pieza clave en la presentación y venta de los nuevos modelos. Actualmente, vemos que el tipo de feria que quizás más está sufriendo es la feria de exposición pura y dura, y la que sobrevive mejor es la feria que se realiza junto a un fin de semana de carreras e incluye test de producto (por ejemplo) o ferias donde la exposición va ligada a un congreso. Recientemente, por ejemplo, tras la pandemia, la palabra movilidad sostenible está de moda y han generados nuevas ferias y congresos, recientemente el IAA en Munich, o el Velo-City en Lisboa (lástima que se realizaran la misma semana...) o el próximo Cyclo-BCN están abordando el tema. En el caso del IAA pudimos ver como marcas lideres volvían a apostaron por ella y tuvieron sus stands en los dos pabellones que habían dedicados a las bicis. Es pronto para conocer el futuro de las ferias presenciales de ciclismo, pues justo este mes de septiembre han empezado las principales y más importantes. Es verdad que de algunas ya sabemos los resultados, pero otras tan representativas como Sea Otter o Roc d´Azur, todavía no lo sabemos. La situación de falta de producto y el COVID todavía son un lastre, veremos como se van despejando las incógnitas de cara al 2022. Vemos como algunas ferias de otros sectores ya se han recuperado: por ejemplo, Maison&Object, la feria más importante del mundo de decoración en Paris... paradojalmente, un sector que - como el bike - ha subido mucho con la pandemia. Debemos tener presente que estamos en un momento dulce en que la falta de stock provoca que “todo se venda”, pero esta situación no durará siempre y las entregas se normalizarán y serán necesarias herramientas efectivas para comunicar y vender el producto. Debemos reflexionar para que esta herramienta, las ferias, recuperen el protagonismo y el interés de los expositores. Y con ello, el público. a fondo 12 Ferias Eurobike 2021. Fotos: Albert Puyuelo
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