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101 opinión Locos por el barro Con la excepcional temporada de ciclismo de carretera 2020 concluida el pasado mes de noviembre, muchos ciclistas ya han vuelto de unas merecidas vacaciones y ya están en plena puesta a punto para preparar la vuelta a la competición en febrero. El ciclismo de carretera se da un respiro durante los meses más fríos, pero hay otra modalidad que, poco a poco, está comenzando a rellenar el vacío que deja en los aýcionados su ausencia invernal. En esta disciplina no se compite sobre el asfalto, ni se suben puertos, ni si quiera los ciclistas marchan en pelotón. Es el ciclismo del barro, de la gravilla, de los circuitos sube y baja, de los ciclistas subiendo las cuestas embarrizadas con las bicis a sus espaldas. Hablamos, por supuesto, del ciclocrós. En el ciclocrós, o CX, los corredores compiten en un circuito de unos pocos kilómetros, al que suelen dar un número de vueltas normalmente inferior a diez. Estos circuitos cuentan con diversas superýcies, entre las cuales puede estar la gravilla, la arena, el césped o el barro, este último apareciendo cuando llueve. Además, los corredores deben superar cortas y empinadas pendientes, descender por estrechos derroteros, rodar por charcos y barrizales intransitables o superar obstáculos artiýciales colocados por los organizadores. Todo ello para cruzar la línea de meta en primera posición. En Bélgica y los Países Bajos, ver a los ciclistas rodar por el barro es una tradición que goza de un gran arraigo entre los aýcionados. En la región belga de Flandes es donde se disputan muchas carreras de ciclocrós, entre ellas algunas de la Copa del Mundo, y suelen hacer de ellas un espectáculo gracias a su ambiente festivo y la pasión con la que se viven. En España, sin embargo, durante mucho tiempo el ciclocrós solía pasar desapercibido ante la popularidad que ostentaban el ciclismo de carretera y, en menor medida si se habla de competiciones profesionales, el MTB. Pero en los últimos años, no solo aquí, también en Reino Unido o incluso en Estados Unidos, el ciclocrós ha comenzado a llamar la atención de los aýcionados que quieren ver ciclismo emocionante, intenso, y con la dureza de antaño. No son pocos los ciclistas de carretera que combinan su especialidad con el ciclocrós, y cada vez son más los que se animan a dar pedales sobre el barro durante el parón invernal. Los belgas y los holandeses siempre han sido expertos en combinar ambas modalidades. Muchos especialistas en las clásicas de adoquines suelen provenir del ciclocrós, lo que les otorga una facilidad para desenvolverse a la perfección en estas pruebas gracias a su capacidad para superar terrenos duros y rugosos. Un buen ejemplo de ello lo encontramos en Mathieu Van der Poel, ganador del Tour de Flandes este año, y Wout Van Aert, que se impuso en la Milán Sanremo y en la Strade Bianche, además de ganar una etapa en el Tour de Francia. Ambos corredores llevan años compitiendo en carretera, aunque su verdadera especialidad es el ciclocrós, en la cual han ganado tres Campeonatos del Mundo cada uno. Su rivalidad ha impulsado la popularidad del ciclocrós, ya que muchos aýcionados que les han visto rivalizar en el ciclismo de carretera se interesaran por esta disciplina. Este invierno, debido a las restricciones de los países para combatir el virus, la temporada de ciclocrós se ha visto acortada. La Copa del Mundo dio comienzo el 29 de noviembre en Republica Checa, cuando lo habitual era que lo hiciera en septiembre. Sin embargo, en la segunda prueba, celebrada en Namur, en Bélgica,ya pudimos ver el primer duelo entre Van Aert y Van der Poel, con victoria para este último. Ambos fueron los protagonistas de la prueba junto al tercer clasiýcado, el británico Tom Pidcock, una promesa tanto en CX como en road, siendo uno de los ýchajes del Team Ineos para la próxima temporada. Otro ejemplo de la compatibilidad que comparten ambas disciplinas. En esta prueba, el español Felipe Orts ýnalizó en vigésima posición, y aunque pueda parecer que está lejos de los mejores, lo cierto es que este ciclista valenciano de 25 años es una de las grandes esperanzas españolas en el ciclocrós. Su segundo puesto en el Mundial sub-23 de 2017 y su victoria en el Campeonato de España hacen de él un corredor a seguir, y sus éxitos pueden atraer a incluso más aýcionados españoles al CX. Esta temporada de ciclocrós se alargará, si las circunstancias lo permiten, hasta ýnales de febrero. Muchas pruebas, incluidas el Campeonato Mundial y las pertenecientes a la Copa del Mundo, se disputarán sin público. Sin embargo, en un invierno en el que deberemos pasar más tiempo en casa de lo habitual, los aýcionados al ciclismo tienen una buena ocasión para engancharse, si no lo han hecho ya, a la ýebre del ciclocrós. Por Joan Requena Periodista joan@tradebike.es

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