bikecracia 124 Debemos pasar del storytelling al storydoing Está previsto que, el porcentaje de población que vive en zonas urbanas crezca un 13% hasta llegar a representar el 68% de la población mundial. Las ciudades consumen el 75 por ciento de los recursos naturales del mundo, producen la mitad de los desechos del planeta y generan el 60-80 por ciento de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. Además, la pandemia ha cambiado los hábitos de movilidad. Existe un importante rechazo a los medios de transporte colectivos, provocando un mayor uso de la movilidad no motorizada. Los ciudadanos querrán disfrutar del aire libre, porque estarán más concienciados de la necesidad de hacer ejercicio, de prevenir, de mantenerse saludables. Las amenazas son muchas, pero también lo son las soluciones, y una de ellas es la movilidad urbana sostenible. He leído más artículos de movilidad urbana en las últimas 10 semanas que, en los 10 años que llevo en el sector. ¿Qué es lo que ha cambiado? La movilidad se ha convertido en uno de los grandes retos que tiene que afrontar la sociedad una vez nalizado el con namiento. Debemos trabajar en ofrecer soluciones que, garanticen una movilidad segura, sostenible y asequible. Considero que las marcas tenemos la posibilidad de ser parte también de la solución, de mostrar nuestro compromiso con el desarrollo sostenible de nuestra sociedad. Debemos formar parte de la transformación sostenible de las ciudades y participar de forma activa en el cambio de las ciudades sin carbono y seguras. Es hora de que desplacemos nuestras marcas de una forma más sostenible y saludable. Y como dijo una vez el general chino Sun Tzu:“En medio del caos también hay oportunidades”. Soy muy positivo y creo que la gente está muy concienciada de la necesidad de apostar por un cambio que genere un impacto pomayor será el entendimiento y respeto entre ambas partes. La actual situación y cada uno de estos posibles escenarios, deben ser contemplados y suponer un punto de in exión, que nos haga re exionar y ser conscientes de que, si bien queda mucho por hacer, los bene cios derivados del uso habitual de la bici en el entorno urbano serían muchos, en caso de tomárnoslo en serio: bienestar físico y mental para sus usuarios, ciudades descongestionadas y más limpias, mayor seguridad post covid-19 al favorecer de este modo el distanciamiento social (evitando transportes públicos) y un compromiso ético/sostenible que permita al mundo evolucionar en las mejores condiciones, de cara a las siguientes generaciones. Para que este utópico escenario se haga realidad, a medio plazo, es preciso poner las cartas sobre la mesa e iniciar un consenso cuyo objetivo no sea otro que lograr un compromiso social sobre el que poner en marcha la auténtica revolución de una nueva normalidad, cada vez más sobre ruedas (nunca mejor dicho). Todavía nos queda mucho trabajo por hacer y es nuestra tarea impulsar el diálogo positivo y las acciones a favor de este cambio. Como suele decirse, se predica con el ejemplo y las marcas debemos ser las primeras en actuar en consecuencia y pasar a la acción, mostrando nuestra conformidad con este cambio de era, e insistiendo ahora más que nunca sobre las posibilidades de la bici, más allá de lo deportivo/lúdico, en nuestras vidas. Solo así nos convertiremos en los precursores de un lugar llamado “nuevo mundo” sobre ruedas. Siempre me he considerado una persona de acción, nunca me ha gustado pasarme horas frente a una pantalla de ordenador en blanco, preguntándome qué decir. Esa frustración descorazonadora ha sido lo que me ha llevado a escribir el que seguramente es mi primer artículo de opinión y en el que aprovecho para decir que es hora de que las marcas pasemos del storytelling al storydoing. Ha llegado la hora de pasar a la acción. Nuestro futuro depende de lo que hagamos hoy.“No intentes cambiar un sistema, construye uno nuevo que haga que el anterior se vuelva obsoleto”— Richard Buckminster Fuller. Por Didac Sabaté Director de Marketing de Scott España sitivo en el medio ambiente; y este panorama, sin duda, nos brinda un mundo lleno de oportunidades para hacer cosas buenas, que puedan tener una repercusión real a nivel social. ¿Qué es lo que no ha cambiado? Lo expuso muy bien Ignacio Peralta, en su artículo de opinión, ¿Dónde “aparco” mi bici?. Pienso que esta cuestión de ne muy bien la realidad de la situación.Y es que, para promover esta nueva forma de movilidad es necesario contar con infraestructuras que nos permitan dejar la bici con total seguridad y con la garantía de que, cuando volvamos seguirá allí. Verdaderamente en España no contamos a día de hoy con estas posibilidades; ya sea por la elevada inversión requerida que los organismos públicos/ privados aún no han terminado de apoyar, o bien porque nuestra cultura no ha sido la más partidaria, hasta ahora, de apostar por esta forma de transporte, gran error a mi modo de ver. Las ventajas tanto para los ciudadanos como para el entorno urbano y la naturaleza son in nitas. Paralelamente, no todos los núcleos poblaciones cuentan con vías interurbanas que conecten de forma efectiva distintos municipios, otro aspecto que ralentiza la integración de la bicicleta como transporte habitual; al n y al cabo, para los usuarios es prioritario poder moverse de manera ágil por este tipo de rutas, sin verse amenazados por los vehículos motorizados. Cada CCAA debe analizar sus opciones y proponer mejoras e innovaciones en este aspecto. Además, debemos asegurarnos de que la convivencia de la bicicleta con otros vehículos es posible y va produciéndose de la forma más natural posible y en armonía; cuanto más concienciada esté la población de la seguridad que ofrece la bici, Solo así nos convertiremos en los precursores de un lugar llamado “nuevo mundo” sobre ruedas. Los ciudadanos querrán disfrutar del aire libre, porque estarán más concienciados de la necesidad de hacer ejercicio, de prevenir, de mantenerse saludables.
RkJQdWJsaXNoZXIy Njg1MjYx