No existe, cómo en Francia, un grupo parlamentario en el Congreso con la misión exclusiva de tratar aspectos relacionados con la bicicleta a fondo 12 No en ex Fr el modelo de movilidad en bicicleta parece haber cuajado con los años, falta un empujón por parte de las administraciones en todos los niveles. Es decir, seguir los pasos de nuestros vecinos del norte para fomentar un uso más frecuente de la bicicleta, y no solo en las ciudades. Al igual que en Francia con el “Club des Villes et territoires cyclables”, en nuestro país existe una red de ciudades que apoyan la movilidad en bici, la“Red de Ciudades en Bicicleta”, una institución que agrupa 120 ciudades de todo el territorio. Lejos quedan, sin embargo, las más de 1.500 localidades que agrupa la iniciativa francesa. En consecuencia, es necesario ampliar el número de ciudades y pueblos que forman parte del proyecto, pues involucrarlos significaría poder llegar a más ciudadanos, además de poder contar con las localidades más pequeñas para mejorar las infraestructuras ciclables que las conectan con las urbes más pobladas. Más implicación, desde nivel estatal a local Además,a nivel estatal,se palpa una cierta falta de implicación de las principales administraciones en cuanto a dinamizar el uso habitual de la bicicleta. Es cierto que órganos legislativos de comunidades como Galicia, Murcia o Catalunya han debatido en algunas sesiones propuestas para potenciar su uso, pero no existe, cómo en Francia, un grupo parlamentario en el Congreso con la misión exclusiva de tratar aspectos relacionados con este método de transporte sostenible. Sin ir más lejos,la última medida relacionada con el uso de la bici que se aprobó en el Congreso de los Diputados fue en 2017, cuando se aprobó una rebaja en la fiscalidad de las bicicletas, una propuesta que permitió subvencionar la compra de eBikes como si fueran vehículos eléctricos. La Dirección General de Tráfico, por su parte, está impulsando desde 2019 el Plan Estratégico Estatal de la Bicicleta, con los objetivos de mejorar la seguridad de los ciclistas y aumentar los desplazamientos diarios por la ciudad. No obstante, si las administraciones, desde Ayuntamientos a Gobierno central, pasando por gobiernos autonómicos, no trazan un plan de actuación conjunto y concreto, que impulse las inversiones económicas para mejorar las infraestructuras que permitan una movilidad en bici fluida, inic iativas como las mencionadas en el párrafo anterior quedarán en papel mojado. Propuestas como la de fomentar el uso de la bicicleta para ir a trabajar recompensando a los empleados con una pequeña retribución por kilómetro, la implementación de carriles bicis que conecten pequeñas localidades con ciudades dentro de un área metropolitana o una gran inversión del estado para crear programas a nivel educativo que conciencien a los más jóvenes sobre los beneficios de la bicicleta, son escasas en la actualidad, y es necesario impulsarlas si queremos que la situación cambie en los próximos años.
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