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50eventos Durante la CicloBrava tuvimos el placer de probar las gafas Alpina S-Way VLM+, un modelo desarrollado para ciclistas que les gusta llevar productos de alta gama con unos acabados y estética prácticamente inmejorables. Su mejor baza es el alto rendimiento que proporcionan, ya que se ajustan a cualquier tipo de iluminación y de condición climática y, además, ofrecen un enorme campo visual para la máxima visibilidad. Técnicamente, la tecnología Varioflex consigue ajustar de manera perfecta el efecto fotocromático de la lente, por lo que refuerza la luz cuando está nublado en el exterior y oscura cuando el sol está brillando. La comodidad también es uno de los puentes fuertes que queremos destacar, ya que sus patillas se adaptan ergonómicamente a la forma de la cabeza, así como se agradece la almohadilla para la nariz.Tienen que pasar muchas horas para notar algo de molestias, si llegas a notarlas, pero sin embargo las primeras sensaciones son de una comodidad extrema. Sin embargo, también hemos notificado puntos a mejorar o a contextualizar. Son unas gafas indicadas para su uso en invierno, es decir, para los meses menos calurosos en los que no sudamos tanto y, por lo tanto, no empapamos las gafas con el sudor, a pesar del recubrimiento hidrofóbico con la que están recubiertas. Echamos de menos algunos pequeños orificios para mejorar su ventilación,pero esto no es un impedimento para utilizarlos durante los exigentes entrenos de verano. En definitiva, Alpina ha diseñado con sus S-Way VLM+ un modelo capaz de competir con las marcas top of mind del segmento de gafas deportivas. Alpina S-WAY VLM+: funcionalidad y estética para un óptimo rendimiento Bonita jornada de cicloturismo la que pudimos vivir los amantes del ciclismo de carretera durante el domingo de Sea Otter Europe. La organización, cuyo sello de calidad de Ocisport es garantía de unos servicios implacables, propuso a los participantes dos recorridos cuya exigencia no era extremadamente alta a la par que bonito y espectacular. Para los que optaron por completar la versión larga de 148 km y 1750 metros de desnivel positivos, que fueron dos tercios de la participación, pudieron disfrutar de carreteras tan bellas como la que enlaza Tossa de Mar con Sant Feliu de Guíxols, que recorre la costa por las calas más bonitas de la Costa Brava. Cabe recordar que esta carretera fue participe hace unos años de un Tour de Francia. Para los de la marcha corta, con 94 km y 1000 metros de ascenso, desde Llagostera se dirigieron hacia el Alt de Romanyà, puerto de mínima dificultad pero con un tramo final de 2 km que bien calienta las piernas. Si un aspecto se debe destacar de la CicloBrava es su recorrido que huye de carreteras con alto tráfico y que trascurre durante la gran mayoría de la ruta por carreteras sinuosas y con encanto, además de cruzar por pueblos de ensueño como el de Monells. Pero apostar por un trazado que evite las caLa CicloBrava enamora a los cicloturistas por sus paisajes y un divertido recorrido rreteras con más volumen de tráfico tiene un riesgo, que es el de no señalizar suficientemente bien el recorrido, una queja que nos ha notificado algún participante de la prueba. Finalmente, para llegar a línea de meta en Fontajau, los ciclistas tuvieron que superar una emboscada final con rampas del 14% en Montjuïc. Un recorrido variado cuya belleza consigue contentar a todo tipo de ciclista. Todos los participantes pudieron disfrutar de varios avituallamientos en los que encontraron, entre otros alimentos y refrigerios, las famosas golosinas de PowerBar -más de uno seguro que lo agradeció-. Para terminar, destacar una cifra: 220 fueron las ciclistas que participaron a la CicloBrava, y para ellas solo podemos decir: brave, ragazze! 1.500 participantes llenan las carreteras de la provincia gerundense en una prueba que destaca más por sus paisajes que por su exigencia. Fotos disponibles de: Cano Fotosports

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