TB40 - TradeBike 40 - Especial Gravel y Triatlón

divertimento 120 Eroica Caffè, el romanticismo ciclista en un espacio único “ Eroica no es una carrera ni se hace solo en Italia”. Así empezaba Miguel, que más que propietario de Eroica Caffè lo podríamos definir como un romántico del ciclismo, un amante de los orígenes de nuestro deporte cuando el sacrificio y la tenacidad eran más necesarios que nunca. Su interés por Eroica nace por un enorme cartel de la prueba que poseía cuando se encargaba de la distribución de Brooks y la marca era patrocinadora del evento. Y es que Eroica Caffè, que empieza su andadura en el corazón de Barcelona, no es un negocio. Es una apuesta fuerte para llevar el espíritu de Eroica a la gente, sean ciclistas o no, en su día a día. Pero antes deberíamos profundizar en Eroica. Un proyecto que nace en Gaiole in Chianti, un pequeño pueblo de la Toscana, de aquellos mágicos de apenas 2.500 habitantes a medio camino entre Florencia y Siena. Un médico, Giancarlo Brocci, admiraba los valores más antiguos del ciclismo, los originales, y decide apostar por un recorrido por la Toscana donde los caminos de grava tienen una gran relevancia. Era el final de una idea y el principio de era. Por aquel entonces, la evolución tecnológica de las bicicletas, más ligeras, más aerodinámicas, más ágiles, provocaba un tracto más mimado a las mismas, y se dejaba de correr por caminos de tierra. Pero al mismo tiempo, un movimiento crecía: el de recuperar el ciclismo de tierra. El Gravel no nace ahora, no es algo nuevo, ya existía. Era y es Eroica. Es la Strade Bianche, una clásica que nace hace 10 años cuyo atractivo recorrido con sterrato le ha convertida en una de las clásicas más bonitas del momento. Ahora, todas las Grandes Vueltas han recuperado los caminos de grava. “ Brocci se volvería loco”, comenta Miguel. Un lugar de culto, un punto de encuentro, el santuario del ciclismo clásico. Hay varias maneras de describir Eroica Caffè, el primer establecimiento que abre la franquicia italiana, conocida por sus míticas marchas clásicas, en el mundo. Se trata de una prueba piloto, pero el éxito es abrumador. Entre paredes y ventanas medio restauradas que conservan la esencia arquetípica de la ciudad condal, los 500 metros cuadrados del lugar pueden albergar hasta 150 personas. Su filosofía, la de entender el ciclismo desde la vertiente más épica, se plasma en todos los detalles que esconden las bicicletas y maillots de otras épocas.

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