Sociedad retrógrada Recientemente hemos conocido el caso de un hombre que iba en bicicleta por Barcelona y atropelló a un niño pequeño, dándose posteriormente a la fuga. Desde los cuerpos de seguridad catalanes y protección civil de la Generalitat se ha pedido la ayuda de la ciudadanía, mediante fotos extraídas de cámaras de seguridad, para localizar al energúmeno. De este suceso, me vienen a la cabeza dos ideas que, como sociedad, debemos tener claro para seguir avanzando y no quedarnos anclados en el pasado (francamente, ya hay suficientes espíritus del pasado aún muy vivos en España). En primer lugar, si os habéis fijado bien, no había mencionado aún la palabra ciclista. Porqué es un error muy frecuente confundir la terminología con la que nos referimos a personas que hacen uso de una bicicleta: ciclista, hombre o mujer que va en bicicleta, cicloturista, turista en bicicleta… Es fundamental saber distinguir las diferentes maneras con las que empleamos una bicicleta, y es necesario hacer pedagogía sobre ello. Para empezar, una persona que va en bicicleta no necesariamente es una ciclista. Una bicicleta es un medio al alcance de toda la población, y si cuando yo juego una pachanga de futbol con mis amigos no me convierto en un futbolista, una persona que coge una bicicleta no es, por consiguiente, un ciclista si Necesitamos una mejor educación vial y mayor sentido común, y una mayor concienciación que encima de una bicicleta hay una vida Nec na vi 82 opinión en la contra Aun siendo conscientes de los retos de movilidad y contaminación, la ciudadanía sigue sin darse cuenta que la bicicleta es parte de la solución y no del problema. Por Pol Figueras Redactor jefe pol@tradebike.es no actúa como debe. Porqué los que verdaderamente somos ciclistas y amamos a esta andrómina llamada bicicleta, nos da vergüenza las actitudes de algunos de las personas que usan la bicicleta para moverse por la ciudad. Debemos condenarlo, claro está. Pero también es preocupante ver las muestras de odio hacia las bicicletas y, ahora también, los patinetes. Es alarmante. Y una vergüenza. Y un freno para convertirnos en una sociedad más respetuosa con el medio ambiente, más saludable y más eficiente en términos económicos. Para terminar con este tema: las últimas elecciones en Holanda, país bandera de la movilidad sostenible en bici, las ha ganado la extrema derecha.Veremos qué efectos tiene esto para la bicicleta. Por cierto, la extrema derecha ya se asoma en España y en pocas semanas la tendremos en el Congreso. El otro tema a debatir es lo de la tontería de las matrículas para bicicletas y patinetes. Tengo que confesar que me parece inútil dar voz a semejante estupidez. Porqué uno de las justificaciones de matricular a las bicicletas es el que vamos a terminar con los accidentes y los atropellos en las que hay una bici por el medio. Bravo el argumento. Seguiremos el ejemplo del coche, entonces (aunque nosotros seguiremos sin contaminar). Como siempre he defendido, necesitamos una mejor educación vial y mayor sentido común, aspectos que deberían intensificarse ya con las nuevas generaciones, y una mayor concienciación que encima de una bicicleta hay una vida como la de cualquier otra. Por parte de todos, porqué ni unos somos tan buenos ni los otros son tan malos. Nosotros y nosotras, los ciclistas, si pedimos respeto, debemos ser los primeros en respetar las normas viales. A pesar que la bicicleta no les interesa a los de arriba, no podemos rendirnos. Está en nuestras manos seguir batallando para lograr una conducta en la sociedad que nos permita sentirnos seguros y seguras cuando salimos a pedalear. Y para una sociedad que se dé cuenta que el coche mata, tanto en accidentes como en contaminación, y que elimine de una vez por todas los prejuicios de la bicicleta. El futuro de la movilidad sostenible no debe ser una utopía, sino una realidad.
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