TB37 - TradeBike 37 - Especial Accesorios y Componentes

3 editorial Pol Figueras Redactor jefe pol@tradebike.es La diversificación del ciclismo TradeBike&Tri defiende la pluralidad y la plena libertad de opinión,y de acuerdo con esta política admite cualquier tipo de colaboración coherente con los contenidos de la revista. Sin embargo, no se hace responsable de las opiniones expresadas por sus colaboradores ni de las consecuencias de cualquier tipo que de ellas se deriven, ya que dichas opiniones se entienden siempre a título personal y bajo entera responsabilidad del autor. AYÚDANOS CON tus sugerencias: redaccion@tradebike.es opinión Jaume Ferrer Editor jferrer@tradebike.es El comercio del Bike no patina Puede que sea una moda, pero todo indica que ha venido para quedarse. El patinete eléctrico se ha ganado, con creces, la etiqueta de medio de transporte sostenible del momento, dejando en la cuneta a las ebikes urbanas, eternas promesas que jamás han acabado de arrancar en España. El patinete sí lo ha hecho. Con fuerza y muy rápido. Producto estrella en el último Black Friday (y Ciber Monday), tiene todos los números para convertirse en el regalo más deseado de estas navidades. Y no precisamente por los más pequeños. Barcelona, Madrid y otras tantas ciudades de España -y de Europa, como Paris- ya hace unos meses que ven como sus calles se llenan cada día de miles y miles de usuarios que se mueven en patinetes eléctricos.Y la cosa irá a más. A mucho más. Los ayuntamientos podrán -y tienen que hacerlo- regular su uso, pero la moda se ha convertido en tendencia. No se puede poner puertas al campo, dicen, y por mucho que los consistorios, tráfico o las aseguradoras, se pongan farrucos, a estas alturas ni unos (los usuarios) ni otros (las autoridades) pueden Cuanto más aficionados haya a nuestro deporte, más futuro ciclista, más mercado activo y mejores resultados económicos para las marcas poner freno al potencial que tiene un medio tan sostenible, económico y “desasfixiante” como este.Y más aún teniendo en cuenta cómo andan las ciudades en cuanto a tráfico, espacio urbano y, por supuesto, contaminación. Regulación, sí; pero también estrategias para potenciar su uso… en convivencia con los peatones y el resto de los vehículos. ¿Y qué pasa con las ebikes urbanas? De momento está carrera ya la han perdido. Su potencial ni se ha cumplido ni se cumplirá. El tiempo ha dejado bastante claro que el ciudadano no está muy por la labor, y ni siquiera los escasos esfuerzos de la administración para fomentar su uso en las grandes ciudades ha servido para mucho. Son caras, aunque sean eléctricas exigen un esfuerzo, y aparcarlas en la calle es, cuanto menos, arriesgado. El patinete, en cambio, es tan asequible como accesible, no exige más esfuerzo que el estar de pie (algunos, incluso, llevan sillín) y, una vez plegado, puede cargarse con relativa facilidad. Coger el metro, el bus o subirlo a la oficina es mucho menos engorroso que hacerlo con una bici eléctrica, por muy plegable que sea. Con el boom de los patinetes eléctricos el comercio del bike ha perdido, de momento, la oportunidad de hacerse con esa parte importante de la movilidad urbana. Y más va a perder con las expectativas frustradas que siempre ha suscitado el futuro que representa la movilidad en las ciudades. Las bicis eléctricas de montaña tienen un potencial enorme todavía, y las cifras así lo constatan (y la oferta del comercio especializado, también), pero las urbanas parece que han tocado techo. Ni siquiera con una regulación exagerada del uso del patinete los ayuntamientos van a poder cambiar esta tendencia. Ni tan solo su “necesidad” de proteger su servicio público de alquiler de bicis urbanas -por cierto, muy deficitario-, va a poder frenar este tsunami. El patinete va a inundar las calles de la ciudad le guste o no a un comercio del Bike que, a estas alturas, poco tiene que hacer en este boom. Quizás por ser excesivamente puristas ha dejado pasar -de nuevo- una interesante oportunidad y ahora tendrá que seguir centrando sus esfuerzos en categorías más especialistas, más duras y más maduras. El patinete va a inundar las calles de la ciudad le guste o no a un comercio del Bike que, a estas alturas, poco tiene que hacer en este boom Cuan rcas A finales del mes de octubre, en un mismo fin de semana tuvimos dos grandes noticias en el mundillo ciclista nacional. Una de ellas era el oro logrado por el pistard menorquín Albert Torres, que se impuso en la prueba Omnium de la Copa del Mundo celebrada en París. La otra era la octava plaza obtenida por el crossista alicantino Felipe Orts en la Copa del Mundo de CX en Berna, a menos de 20 segundos del podio. En noviembre, España ganó varias medallas en el Mundial Urban de Chengdu. Deslumbrantes hazañas que, aunque no nos sorprende, no ocuparon titulares ni portadas. Pero más allá de enojarnos por lo de siempre, y concienciados que un deporte que genera tanto dinero e implica tantos patrocinadores como el futbol obstaculizará todo hito ciclista, debemos sentir enorme alegría por los resultados logrados por los ciclistas españolas. Sea de la modalidad que sea. Nos encanta, apasiona y emociona que Valverde se vista, por fin, de arcoíris. Pero no cerremos nuestra mirada solamente a la carretera o al Cross Country. Sería muy positivo para el panorama ciclista nacional diversificar su afición al ciclismo. En España no solamente hemos tenido grandes ciclistas de ruta y de XCO.También hemos cosechado grandes éxitos en el ciclismo en pista con Joan Llaneras al frente, una modalidad que vuelve a resurgir después de una época en standby con Albert Torres y Sebastián Mora. Tenemos grandes representantes en el Bike Marathon y la afición al Ciclocrós va en aumento.Y poco a poco iremos viendo como también aparecen nombres en el BMX o en el DH que estarán luchando para vencer las competiciones más importantes. Es cuestión de tiempo… y de creer en ello. Si bien es el leitmotiv de siempre, la inversión de instituciones, Federación y patrocinadores será clave en los resultados futuros del ciclismo español. Y es aquí donde radica el problema. Primero, porque todos los aficionados españoles al ciclismo no se merecen los políticos que tienen,incapaces de estar a la altura de #PorUnaLeyJusta mientras el goteo de cicloturistas muertos en nuestras carreteras no cede. Eso sí, para felicitar a Valverde en sus perfiles de Twitter son todos muy rápidos, agradecidos y orgullosos. Luego, la Federación se debe poner las pilas, empezar a dar apoyo a todo y cada uno de los y las ciclistas que representen nuestro país con todos los recursos que estén al alcance para que su rendimiento sea el óptimo. Y, finalmente, las marcas y empresas deben saber, de una vez por todas, que el patrocinio ciclista no es un gasto, es una inversión. Todo lo que sea impulsar el crecimiento de las diferentes modalidades debe ser bienvenido. Cuanto más aficionados enganchados a nuestro deporte, más futuro ciclista, más mercado activo y mejores resultados económicos para las marcas.

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