a fondo 18 Especial Triatlón Pasado el boom del triatlón, el crecimiento ha dado paso a un pinchazo global. El aumento de practicantes y de licencias, aperturas de nuevas tiendas y nacimiento de nuevas pruebas ya son historia. España seguirá siendo un referente en este deporte, pero se ha entrado en una fase de madurez que provoca un reajuste en el sector. El triatlón pincha Su boom finalmente ya ha pasado. El triatlón ha gozado durante unos años de una salud excelente. Crecía con creces a un ritmo prominente, uno de los crecimientos más espectaculares en el mundo del deporte en este siglo XXI, poniéndose a la altura de los primeros años del auge del pádel. Aumento de practicantes y de licencias federativas, aperturas de tiendas especializadas en triatlón, negocios de running o ciclismo que abrían su sección especializada en triatlón, nuevas pruebas cada fin de semana con el límite de inscripciones cubiertas y un sinfín de razones que hacían de este deporte una modalidad que captaba adeptos e interesaba cada vez a más gente. El sector profesional y la competición ayudaban en España. Los más grandes eran -y aún son- de aquí. Triatletas como Javier Gómez-Noya, Mario Mola, Fernando Alarza, Vicente Hernández, Uxió Abuín, Carolina Routier,Ainhoa Murua, Iván Raña, Eneko Llanos,Victor del Corral o Miquel Blanchart representan la elite mundial del triatlón y fueron imprescindibles para que este deporte estuviera en boca de todos tanto dentro del sector como fuera. Sin ellos, aún sería un deporte que importa solo cuando hay Juegos Olímpicos. La batalla de Gómez-Noya con los Brownlee en Londres, en la que finalmente se colgó la plata, fue un punto de inflexión. Foto: FETRI.
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