55 y las autoridades pertinentes para garantizar que los sistemas de compartición de bicicletas sin paradas fijas contribuyan a los objetivos de una política de movilidad urbana sostenible más amplia y complementen de manera eficiente el transporte público. De esta manera se fundamentan en tres pilares: 1. Prioridades del ciclista. La movilidad compartida en bicicleta debe ser segura, confiable y cómoda, con la mayor flexibilidad posible en relación con la ubicación recogida / bajada, fijación de precios, considerar la interoperabilidad con otros modos de transporte público y respetar la privacidad de los datos. 2. Entornos urbanos. Las autoridades públicas tienen la obligación de crear condiciones que fomenten una movilidad sostenible y efectiva en el contexto de su sistema general de planificación del transporte, y esto debe hacerse a través del cambio climático, la salud pública, la mejora del aire calidad, reduciendo la congestión vehicular y permitiendo la inclusión social. En general, se debe aplicar un uso sostenible y equitativo de los recursos públicos, ya sean directos o indirectos, teniendo en cuenta todos los costos de cualquier sistema de uso compartido de bicicletas, y no socializar los costos privados mientras se maximizan las ganancias privadas. 3. Proveedores de tecnología / sistema. Como parte del transporte público, el uso compartido de bicicletas permite una amplia gama de oportunidades comerciales, desde modelos completamente independientes y competitivos hasta asociaciones público-privadas. Los marcos políticos deberían fomentar la competencia leal, el acceso justo al mercado y la contratación pública ecológica. Las oportunidades comerciales pueden proporcionar soluciones compartidas de movilidad de bicicletas compartidas a tantos usuarios como sea posible, impulsando la innovación y un mercado en crecimiento para aprovechar estas inversiones tecnológicas. Un marco regulatorio sin fricciones que sea posible pone énfasis en la creación de opciones de transporte innovadoras que logren los objetivos empresariales, públicos y de consumo. Así exponen ocho directrices: 1. Se tiene que tener un registro, otorgar las licencias si se cumplen una serie de normas y se tiene que regular estrictamente con medidas, por ejemplo de que tengas un operador 24h, las bicicletas sean legales o por ejemplo que tengan un seguro de responsabilidad civil. 2. Se tienen que mantener las calles ordenadas Siempre se han mostrado como una alternativa más, flexible, económica y respetuosa con el medio ambiente Sie porque tiene un impacto positivo en la seguridad, el turismo, la economía y la salud pública. Por lo tanto, las ciudades deberían desarrollar una política para alentar un mayor uso de la bicicleta y proporcionar más áreas de estacionamiento de bicicletas e infraestructuras de ciclismo seguro. El número de bicicletas que se desplegarán debe determinarse en coordinación con las autoridades públicas pertinentes, y las ciudades deben tener la facultad de hacer cumplir la eliminación o multar a los operadores por los costos de remoción de bicicletas que están ilegalmente estacionadas, descargadas o descartadas en caso de que tengan para hacerlo ellos mismos. Tanto como sea posible, la responsabilidad recaerá en los operadores de bicicletas. 3. Se tiene que ofrecer una bicicleta de calidad suficiente, construida para resistir los rigores del uso público constante y la exposición a los elementos, cumpliendo con los estándares de seguridad y comodidad del ciclista. Las bicicletas deben tener iluminación integrada y reflectividad para una conducción legal y segura por la noche, y deben incluir tecnología inteligente con tecnología activa, además de GPS y conectividad inalámbrica para garantizar el mantenimiento y el reequilibrio proactivo. 4. Los posibles operadores deben demostrar un sistema robusto para garantizar que las bicicletas se mantengan en funcionamiento de forma proactiva 5.Dónde se ubican las bicicletas y dónde terminan habitualmente es igualmente importante para garantizar un ecosistema sostenible. Sin un proceso de reequilibrio proactivo, es probable que las bicicletas terminen en lugares equivocados, donde la demanda no se cumple. 6. Una amplia coordinación con las autoridades locales para la planificación del transporte y la cooperación con otras partes interesadas para garantizar la complementariedad con el transporte público, tanto física como digitalmente, es esencial para el éxito de las operaciones de uso compartido de bicicletas. 7. Las autoridades públicas deberían poder acceder a datos compartidos de bicicletas, como el uso de bicicletas, para que la ciudad pueda calibrar mejor su estrategia e infraestructura de movilidad urbana. 8. Antes de otorgar el permiso para el lanzamiento, las ciudades deberían considerar solicitar a los operadores que presenten un plan para la puesta en marcha, el funcionamiento y la posible finalización de la operación. La Federación Europea de Ciclistas (ECF) ha promovido un documento en el que da unas directrices para abordar esta problemática La
RkJQdWJsaXNoZXIy Njg1MjYx