83 Ronde van Vlaanderen: Paraíso ciclista Lamentablemente nuestro país no ha desarrollado esta labor de promoción ciclista, es más, en muchos lugares le ponen verdaderas trabas a este tipo de eventos que tienen mucho que ver no sólo con práctica deportiva, sino también con actividad turística Lam ica El ciclismo es un deporte que permite emular a sus ídolos como ningún otro. Por suerte para nosotros los cicloturistas, podemos transitar las mismas carreteras y caminos que los profesionales, e incluso comparar nuestras marcas con ellos.No sólo eso,podemos incluso llegar a disfrutar de los mismos avances técnicos que ellos, usando exactamente las mismas bicicletas, o incluso mejores, la misma ropa, cascos, dispositivos, etc. Imaginamos lo que darían los aficionados al futbol por jugar una pachanga en Wembley, el Nou Camp o el Bernabeu, o los aficionados al motociclismo o F1 por poder conducir motos o coches similares a las suyas. Seguramente tendríamos a miles de aficionados dispuestos a pagar un alto precio. Y no sólo queda ahí, los cicloturistas tenemos la suerte de contar con clubs y empresas que nos permiten disfrutar de los recorridos de una gran etapa de montaña o un monumento, e incluso de un ambiente similar pudiendo hasta realizar la prueba el mismo día de los profesionales o un día antes. En definitiva algo impensable en otros deportes. El pasado fin de semana he tenido la suerte de hacer la Ronde Van Vlaanderen Cyclo el día previo a que se celebrará la 101º edición de este monumento ciclista, conocido en nuestro país como Tour de Flandes. Es un verdadero placer, no sólo disfrutar de lugares míticos como el Koppenberg, Oude Kwaremont, Kapelmuur, Patergerg, etc, con todo el recorrido marcado y vallado para los profesionales, sino también del grandísimo ambiente que se respira en Oudenaarde, y en todo Flandes, con motivo de esta carrera y que los cicloturistas de todos los rincones del mundo que acudimos hacemos aún mayor. Sinceramente, creo que aquellos que practicamos y amamos el ciclismo somos afortunados por poder disfrutar de este tipo eventos, en los que se aúnan historia, tradición y cultura ciclista, con recorridos y lugares míticos de este deporte. Más aún si se trata de Flandes, epicentro de la primavera ciclista y donde la afición desborda cualquier cosa que imaginemos desde España, con ciudades verdaderamente paralizadas por el paso de la carrera, pantallas gigantes, ..., algo que en nuestro país sólo es capaz de emular el futbol. Lamentablemente nuestro país no ha desarrollado esta labor de promoción ciclista, es más, en muchos lugares le ponen verdaderas trabas a este tipo de eventos que tienen mucho que ver no sólo con práctica deportiva, sino también con actividad turística. Nuestro país no cuenta con monumentos, las pruebas más emblemáticas del ciclismo por su tradición (las cinco cuentan con más de 100 ediciones), y esto quizás sea un hándicap, pero es innegable que en nuestro país habría mimbres para desarrollar esta opción turística. De hecho, son numerosas las empresas, en la mayoría de casos extranjeras, que ya traen a cicloturistas a nuestro país en grupos reducidos, especialmente en invierno y en lugares donde el clima es benigno, como las islas, el litoral mediterráneo o Andalucía. Es cierto, que nuestro país cuenta con una de las marchas cicloturistas de referencia a nivel internacional como es la Quebrantahuesos, y de muchas otras con gran raigambre gracias al esfuerzo de algunos clubs ciclistas que enfrentan la gran cantidad de dificultades y trabajo que supone sacar adelante un evento de este tipo. También la Vuelta, emulando a la Etape du tour, ha creado un evento de este tipo pero, en mi opinión, estamos desaprovechando un potencial enorme por orografía y climatología. Resulta curioso, por ejemplo, que muchas provincias y comunidades autónomas den la espalda a esta posibilidad, negando permisos y poniendo trabas, o que la carrera más clásica, la Klasikoa de San Sebastían no cuente con un evento similar, por no hablar de otras cimas o cordilleras que bien merecen una marcha que emule a la Marmotte. Para finalizar una halago y una crítica a la Ronde van Vlaanderen Cyclo. La crítica de la mano de la masificación.Es una pena dejar gente fuera,aunque al final siempre sucede, pero no limitar el número de participantes (acoge a 16.000 entre los 4 recorridos que ofrece), supone demasiadas aglomeraciones en los estrechos muros que impiden poder subir al ritmo deseado o incluso tener que echar pie a tierra en los superan el 20%. El halago, su capacidad para atender las necesidades de tanta gente es excepcional y el hecho de no obligar a enfundarse un maillot propio y dejar a cada cicloturista que acuda con la equipación que estime más oportuna, desmontando, por otro lado, algunos de los mitos y justificaciones de esta norma. Por Carlos Grande Secretario General de ASECODE
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