TB20 - TradeBike 20 - Especial Triatlón

“Desde hace dos días, sólo se habla de él. Hace mucho calor. Me dirijo hacia el infierno y siento como un vacío en el estómago. Ni una palabra. Nada resulta más impresionante que un pelotón silencioso... Al este, apenas se percibe la cima. Tras la niebla, a lo lejos, el Ventoux” Jean Bobet, 1955 Testeando en el Mont Ventoux El gigante de la Provenza fue el escenario perfecto para nuestro test de producto Nos adentramos en la región de la Provenza-Alpes-Costa Azul, en el distrito de Carpentras; emplazamiento reconocido por el buen vino y el épico ciclismo que nos ha regalado la historia del Tour de Francia. En el pequeño pueblo de Bédoin hace décadas que están de enhorabuena, siendo punto de partida por la vertiente sur hacia el Mont Ventoux y lugar donde se concentran los aficionados al cicloturismo para subir el mítico gigante de la Provenza. Nos esperan 21,5 Km y 1.552 metros de desnivel positivo, siendo la ascensión más difícil y famosa hasta la cumbre del Mont Ventoux a 1.912 metros sobre el nivel del mar. Si en el año 1967 Tom Simpson se dejó la vida en el empeño, en el 1970 Eddy Merckx necesitó de oxígeno tras vencer y en el 2013 Nairo Quintana reventó en la meta al intentar seguir a un desatado Chris Froome; nosotros no íbamos a subestimar una subida que ha enganchado a tantos aficionados frente al televisor y en las cunetas de la carretera. Desde Bédoin y rodeados de viñedos empieza nuestra ascensión con una pendiente suave pero que va creciendo de forma progresiva hasta el 6%. Tras dejar atrás las pequeñas poblaciones de Les Bruns y St. Estève, en el Km 6 nos adentrarnos en una zona boscosa y la pendiente empieza a incrementarse hasta llegar al 10%, con puntas del 11% y 12%. Los siguientes 9 Km son un verdadero muro que debemos superar como sea, luego el panorama hace un cambio radical y empezamos a pedalear rodeados por el famoso paisaje lunar, no habrá ni un solo árbol que nos proteja del sol. Desde el Chalet Reynard y hasta 2 Km antes de la cima la pendiente suaviza al 7%, visualizamos la llegada y es cuando el gigante de la Provenza nos espera con su última tortura: el famoso viento que da nombre al Mont Ventoux aparece cuando menos lo necesitamos, el Mistral o Cierzo es protagonista junto a la pendiente que vuelve a subir al 10% y 11%. Nos cruzamos con la lápida en memoria a Tom Simpson, nos acordamos de él y de las imágenes de televisión en las que se podía ver al inglés tambaleándose encima de su bicicleta junto al paisaje lunar, imágenes que dejaron perplejos a todos los aficionados al deporte. A falta de 500 metros para la cima la pendiente llega al 12% y la última curva a la derecha en herradura nos lleva a los pies de la famosa antena. El espectacular paisaje que se divisa desde lo alto del Mont Ventoux es un regalo a nuestro esfuerzo, una subida memorable que recordaremos para siempre. Como dice el proverbio provenzal: “Quien sube al Ventoux no está loco. Sí lo está quien repite”. Por Adrià Julià Equipo Tradebike&Tri 56 TB

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