Bike trial: habilidad, riesgo y emoción El biketrial, denominación actual del trialsín -que viene de trial sin motor-, es una disciplina nacida entre las localidades barcelonesas de Sabadell y Sant Feliu de Codines a mediados de la década de los 70 de la mano de Pere Pi, fundador de Monty y padre del legendario piloto Ot Pi (considerado por su trayectoria y palmarés, el mejor corredor de la historia del biketrial) y único piloto que ha conseguido ser campeón de España en tres especialidades diferentes: motocross (6 campeonatos), trial (uno, el primero que se disputó) y velocidad (otro más). La historia de esta modalidad de ciclismo que combina habilidad, riesgo y emoción, está estrechamente ligada al crecimiento y desarrollo de Bicicletas Monty, marca fundada en el año 1983 por este visionario y antiguo piloto -e ingeniero- de Montesa, casa en la que trabajó durante 25 años y que le vio coronarse campeón en las tres disciplinas ya referidas. Todo comenzó cuando Pere quiso comprarle a su hijo Ot una bicicleta para que pudiera ir por la montaña y descubrió que ese tipo de bicicleta no existía en el mercado. Fue entonces cuando a Pere, apoyado en la experiencia y los conocimientos técnicos que le habían reportado sus años de dedicación al diseño de motocicletas, se le ocurrió adaptar una bicicleta estándar para la práctica del trial. El biketrial acababa de nacer. Las bicicletas de biketrial son muy distintas a las demás en el aspecto técnico. Estas son las diferencias más significativas: Frecuentemente se fabrican sin diseñar el hueco o lugar que correspondería al sillín, ya que por el tipo de conducción y de competición, el piloto no necesita sentarse, lo que permite que las bicicletas puedan ser más ligeras y cómodas para los movimientos que necesitan realizarse. Las ruedas también tienen sus propias características, con mucha superficie (esta particularidad proporciona un mayor agarre y una menor presión). Son de piñón fijo, lo que hace que los pedales estén siempre en movimiento cuando la bici está en marcha -esto permite que se pueda frenar haciendo una fuerza inversa. Los frenos han de ser muy potentes, pues es de vital importancia que la rueda no se mueva al desplazarse por superficies quebradas, abruptas o resbaladizas. Los valores de la transmisión son más cortos que en la mayoría de las bicicletas, porque para que la bicicleta pueda moverse a las bajas velocidades típicas de los triales, es necesario dotar al vehículo de una gran potencia y aceleración. Actualmente se están llegando a pesos realmente increíbles. Hay de 20”, 24” y 26”. Las de 24”, las más conocidas y aceptadas. La historia Los inicios del trial en bicicleta en nuestro país se remontan a principios de los años 70 cuando niños de Sant Feliu de Codines, Sabadell y otras poblaciones adaptaron sus bicicletas de paseo para emular a sus ídolos del trial en moto. Aquel primitivo deporte evolucionó poco a poco hasta que, de la mano de Montesa y Pere Pi, llegaron las primeras bicicletas de trialsin. Montesa, gracias a su poder económico y a su gran red europea de concesionarios de moto expandieron el deporte por toda Europa y el resto del mundo. A cada concesionario se les informó de las Montesitas y se les proporcionó unas bicicletas para que los hijos de sus clientes de moto las pudieran probar. En 1981, Pere Pi organizó un viaje para visitar a los importadores de Montesa de varios países y a los motoclubs que estuvieran interesados en organizar un posible campeonato internacional en el que reunir a los mejores pilotos de Trialsin de Europa. La familia Pí (Pere, María, Eva y Ot) y Andreu Codina visitaron varios países Europeos a bordo de un Renault 14 de color rojo cargado de bicicletas. En cada país que visitaban hacían exhibiciones e intentaban convencer a los motoclubs de la zona en concretar una fecha para organizar una competición internacional. Fruto de aquel viaje de promoción, 1982 vió nacer el primer Campeonato de Europa de Trialsin, que 34 TB - ESPECIAL MOUNTAIN -
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