breaking news Año nuevo...¡Ferias nuevas! Y es que este 2019 que acabamos de inaugurar trae consigo no solo la habitual (aunque algo avanzada) Cevisama, sino también una renovada y ampliada ISH. Y si la primera nos trae como regalo de reyes tardío un nuevo pabellón y una decidida apuesta por el sector del contract –cada vez más importante para las firmas del sector sanitarista–, la cita bienal de Frankfurt pone sobre el tapete unos mercados internacionales cada vez más complicados y con mayores retos para los fabricantes exportadores. De hecho, ante la actual situación de turbulencias en el ámbito del comercio internacional y el aumento del proteccionismo, se hacen necesarias estrategias defensiva para las empresas exportadoras –el 65% en el caso del sector sanitarista– que no solo alerten sobre los nuevos riesgos sino que avisen sobre las oportunidades que pueden ofrecer los nuevos escenarios. No lo decimos nosotros: Amec, la asociación de las empresas industriales internacionalizadas, activaba recientemente un servicio de alertas y oportunidades frente a lo que denomina sin tapujos un ‘entorno de guerra comercial’. nuaban abiertos. De hecho, sobre la retrasada votación sobre el acuerdo del Brexit –fijada para el martes 15 de enero después de que se aplazara el 10 de diciembre de 2018 para evitar una contundente derrota– planean indicios de que podría ser rechazado. Tanto es así que hay quien propone que la Cámara de los Comunes pueda votar una moción en la que se rechace la opción de salir de la UE sin un tratado negociado con Bruselas... Si tenemos en cuenta que Reino Unido se sitúa en tercera posición en el ranking de exportaciones de equipamiento para el baño –solo detrás de Francia y Portugal– y que casi dos tercios de las empresas del sector son exportadoras, el impacto en el mismo está fuera de discusión. De ahí que, desde el Icex hasta las distintas Cámaras de Comercio, pasando por entidades de apoyo a la internacionalización de todo tipo, lleven tiempo alertando sobre las consecuencias que traerá el Brexit para las empresas con tratos comerciales con ese país, haya o no haya acuerdo. El escenario más duro, el de no acuerdo –hard Brexit– podría significar que, a partir del 1 de abril de 2019, los productos españoles tengan que pagar aranceles, las mercancías deban pasar por las aduanas y los productos con componentes británicos dejen de poder exportarse como europeos. Pero, incluso en el mejor de los casos, las empresas exportadoras necesitan prepararse y elaborar planes de contigencia para definir posibles rutas de acción, considerando entre otras cosas la retirada de stocks del Reino Unido, la revisión de los nuevos acuerdos comerciales, la redefinición del origen de las mercancías y la contratación de personal. Y es que, mientras la guerra comercial liderada por Estados Unidos –con múltiples consecuencias– capitaliza las informaciones que reciben las empresas, muchos países han realizado movimientos paralelamente y como respuesta a nivel unilateral en pro del libre comercio que ofrecen nuevas facilidades. Un ejemplo es el tratado de libre comercio de la Unión Europea con el Mercosur. Tras abordarse en 2004 y tras 35 rondas de negociación sin resolverse, se han acelerado las negociaciones para buscar salidas ante el escenario de guerra comercial que plantea la administración estadounidense. De igual forma, fruto de las trabas de la administración de Donald Trump, se ha llegado al acuerdo para la actualización del Tratado de Libre Comercio entre la Unión Europea y México. Asimismo, tras la firma del acuerdo de libre comercio entre la UE y Corea del Sur, la respuesta de Japón, que no quiere quedar al margen, ha sido inmediata y ya ha declarado que desea firmar un acuerdo para poder comerciar de forma más preeminente con Europa. Y no, no nos olvidamos de la espada de Damocles que supone la inminente salida de la Unión Europea por parte del Reino Unido. Prevista para el 29 de marzo, al cierre de esta edición todos los escenarios conti- El fundador de Microsoft, Bill Gates, presentaba a finales del pasado año en Pekín un retrete que no necesita agua ni conectarse a ningún sistema de depuración para funcionar y que transforma los desechos humanos en fertilizantes. La feria China International Import Expo fue la elegida por el multimillonario para mostrar, por primera vez, tecnologías y productos de saneamiento descentralizados radicalmente nuevos y «listos para comercializarse», según se afirmaba en un comunicado de la Fundación Bill y Melinda Gates. De hecho, algunos de estos retretes ya están siendo probados en la ciudad sudafricana de Durban, donde también se están poniendo en marcha otros modelos que se alimentan de energía solar. Gates mostró durante su presentación un tarro lleno de heces para explicar que los desechos humanos pueden provocar enfermedades como la diarrea o el cólera, que ya causan cerca de 500.000 muertes de niños menores de cinco años cada año en todo el mundo, debido a enfermedades derivadas de esta falta de higiene. La fundación Bill y Melinda Gates, que ha invertido más de 200 millones de dólares (175 millones de euros) desde 2011 para reinventar los inodoros, prometió durante el encuentro invertir otros 200 millones para lograrlo. Según los últimos datos de la ONU, el 60% de la población mundial no cuenta con instalaciones sanitarias adecuadas, con lo que los «optimistas» del sector deberán ver ahí la botella medio llena…
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