Sanitaristas 116

                                                                                                                                                                Las «sensaciones», en efecto, constituyen el concepto clave en torno al cual se debe organizar un baño exclusivo. Más allá de la funcionalidad, «hay que ofrecer a los clientes sensaciones muy especiales», explica la interiorista Carmen Barasona. Y las sensaciones en un espacio de baño tienen que ser lógicamente y ante todo corporales, por lo que las piezas centrales serán la ducha, la bañera o el spa, equipamientos que, a su vez, incluirían toda la riqueza de matices, evocaciones y percepciones que ofrece la tecnología más avanzada: aromaterapia, cromoterapia, música ambiente, sauna, hammam, sistemas de duchas con un menú de programas a elegir entre relajantes, energizantes, aumentando o reduciendo el caudal de lluvia o chorros, variando las temperaturas, etc. Estas bañeras y duchas, así como los lavabos, estarán dotadas de griferías exclusivas, ya sean a suelo o a pared, manuales o con células fotosensibles, dotadas de detalles exclusivos y singulares, como cristales Swarovski, y de forma hoy en día ya obligada, con los mecanismos de ahorro de agua. El lujo no es sinónimo de despilfarro. El espacio es fundamental. Como afirma el dicho popular, el espacio es un lujo. Un baño lujoso debería contar con la suficiente amplitud de espacio como para instalar, además de bañera o spa, cabinas multifunción para sauna y baño turco, así como estar dotados de lavabos y duchas dobles para compartir cómodamente el mismo espacio. En los baños más exclusivos imperan la amplitud y el orden. En cuanto a materiales, los naturales se postulan de forma destacada en las últimas tendencias. La madera natural se hace presente en bañeras y lavabos, en este último caso, asociada al Corian, otro material en auge. En revestimientos, el «nuevo hidráulico» también es tendencia, junto con la piedra natural, que, en palabras de una profesional interiorista, «vive un momento de auge», de modo que no solo se instala en paredes y suelos, sino también en encimeras y frentes de muebles, así como también se usa para piezas macizas a medida, como lavabos y bañeras.  La belleza de la piedra natural explica igualmente el tirón de los revestimientos porcelánicos, que reproducen sus relieves y texturas. Si el cuarto de baño es un centro de sensaciones, la iluminación cobrará un enorme protagonismo, pues la luz es el modo más directo de crear un ambiente de relajación y calma. Al respecto, los diferentes tipos de iluminación deberán generar las atmósferas adecuadas para cada situación y en cada zona del baño. Y tanto o más importante en el baño que la iluminación –o, al menos, de necesario- es la calefacción, cuyos sistemas abarcan una extensa gama de posibilidades, desde la más funcional, como el suelo radiante, a la más espectacular, con los espectaculares radiadores que hoy en día constituyen verdaderas esculturas en la moderna decoración.  Poco tiene que ver el lujo con un determinado estilo, con el minimalismo o con un estilo decimonónico o victoriano. «Cada vez más, vamos hacia una mezcla o fusión de estilos y a una total personalización del espacio», explican en Gunni & Trentino. Pero los estilos obviamente sigue existiendo y marcado las grandes pautas. Lo que ocurre es que no se da una estricta preponderancia de unos sobre otros, sino que cada uno se adapta a los gustos y necesidades del cliente. Por ejemplo, el baño victoriano del siglo XIX continúa teniendo un gran protagonismo, con las bañeras exentas de patas y lavabos y sanitarios retro. El estilo inspirado en el Art Decó también es valorado por su atemporalidad, y sin duda el denominado «nuevo clásico» es un éxito, por su reinterpretación de la tradición del baño desde el diseño contemporáneo. El baño moderno también vive la incorporación de la domótica al baño y las innovaciones sensacionales, como las duchas horizontales exclusivamente diseñadas para el relax. Los automatismos se van imponiendo: inodoros con sensores que realizan descargas automáticas de la cisterna una vez finalizado su uso; sistemas de autolimpieza en elementos sanitarios; duchas y grifos con sensores que detectan la presencia para minimizar el consumo de agua, etc.                                                                                          14 SANITARISTA'S

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