18 CIUDADES INTELIGENTES Y es que las urbes siempre están en riesgo. Existen una multitud de amenazas, que pueden ser ambientales, logísticas, criminales o estructurales. Para gestionar la seguridad en las ciudades, las autoridades locales y los servicios pertinentes necesitan acceder a datos que puedan ayudarles en una variedad de escenarios, entre los que destacan tres: la gestión de crisis, la gestión de catástrofes y la gestión de la seguridad pública. Para lograr abordar todas estas gestiones de seguridad, es importante que los ayuntamientos cuenten con los sistemas, datos, recursos y protocolos adecuados. ¿Y cómo se puede lograr esto? Pues el primer paso sería utilizar la tecnología 3D y los datos para identificar los riesgos. Como decía antes, los retos de seguridad en las ciudades no son nuevos, pero gracias a las tecnologías innovadoras sí lo son las soluciones y estrategias que se pueden utilizar para afrontarlos. Aprovechando la experiencia previa en gestión de crisis, con los gemelos digitales se pueden desarrollar visualizaciones sistemáticas a gran escala de la ciudad y de los posibles resultados de incidentes de seguridad de cualquier tipo. La recopilación de varios tipos de datos para crear una visión del entorno lo más completa posible e incluso, el uso de datos en directo, como el vídeo y el audio, es una parte vital de la planificación de la seguridad. El procesamiento de todos estos datos da como resultado una representación virtual detallada y tremendamente útil de un entorno urbano que puede aplicarse en multitud de escenarios y para diversos fines. DATOS, DATOS… El segundo paso es ofrecer soluciones de seguridad basadas en datos. Gracias a un modelo 3D altamente detallado de la ciudad, los responsables municipales pueden utilizarlo eficazmente antes, durante y después de una emergencia. Existen muchas y diferentes amenazas, pero otras tantas soluciones y medidas preventivas e incluso más. Por ejemplo, cada cierto tiempo en algunas zonas de nuestro país nos hemos visto afectados por Inundaciones. Identificar qué zonas de la ciudad son más bajas que otras (y, por tanto, más propensas a las inundaciones) puede ayudar a poner en marcha medidas preventivas, así como a priorizar las actividades durante las inundaciones. ¿Qué zonas son más bajas y, por tanto, de mayor riesgo? ¿Qué zonas más elevadas podrían utilizarse para la evacuación? Un modelo 3D facilita la respuesta a estas preguntas. Por otro lado, dependiendo de la ubicación de la ciudad, puede haber un elevado riesgo de lluvias intensas, viento y/o heladas, como las que se produjeron la pasada Semana Santa. Estas condiciones meteorológicas pueden causar daños masivos e incluso la pérdida de vidas humanas si no se está debidamente preparado. Hay que asegurarse de saber dónde pueden producirse estos fenómenos de clima adverso antes de que se produzcan y obtener una visión de qué zonas son más vulnerables que otras. Los desastres naturales también entran en liza. No importa si se trata de un terremoto, un huracán o un volcán como el que asoló la isla de La Palma. La mejor manera de mitigar los daños es estar preparado, responder rápidamente y establecer prioridades de manera efi-
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