INFRAESTRUCTURAS CRÍTICAS 25 puerto, saber por dónde han circulado y a qué horas, y también el momento en que se marchan. Es decir, se pueden monitorizar rutas y tiempos con la máxima precisión. Gracias a la inteligencia artificial y los algoritmos deep learning, los sistemas de seguridad generan alertas de forma automática y prácticamente sin error. Un segundo aspecto crítico es el control del perímetro, que en el caso de un puerto suele tener muchos kilómetros de extensión y eso dificulta la vigilancia. Es imprescindible contar con cámaras dotadas con la mejor óptica —resolución y capacidad de zoom— que además sean capaces de captar detalles en cualquier situación de luz, de día o de noche. De hecho, es habitual combinar cámaras convencionales con cámaras de tecnología térmica: las térmicas detectan a una persona que cruza un perímetro y entra en una zona no permitida, mientras que las cámaras convencionales focalizan el evento detectado y ofrecen imágenes nítidas. La incorporación de la inteligencia artificial y de algoritmos de deep learning hace el resto: si se programan los parámetros adecuados, el sistema de seguridad genera la alerta de forma automática y prácticamente sin margen de error. En zonas extensas, como es un puerto, es una gran ventaja que la tecnología advierta de un evento e indique el punto exacto en que se ha producido, porque de esa manera, el personal de seguridad se dirige al lugar preciso cuando hace falta, y no se desperdician recursos realizando rondas y revisiones visuales por todo el recinto. El tercer ámbito que se debe controlar en un puerto es el acceso desde el mar, resulta fundamental detectar las embarcaciones que se acercan. En este caso, no sólo por seguridad, sino también para facilitar la gestión del tráfico marítimo: barcos que entran, que salen, que fondean en las aguas del puerto, que atracan en los muelles… Las cámaras y lo posicionadores disponibles en el mercado dan la oportunidad de detectar embarcaciones a más de 10 kilómetros de distancia, y de identificar sus características a entre tres y cuatro kilómetros. La gestión de los puertos es tremendamente compleja y la tecnología ayuda a gestionar con precisión lo que ocurre y, al mismo tiempo, a asegurar el recinto, que es la primera premisa para que las operaciones se desarrollen de forma adecuada. En definitiva, gracias a la tecnología se actúa con mayor rapidez y precisión, se mejora el aprovechamiento de los recursos y disminuyen los riesgos y los errores. n Gracias a la inteligencia artificial y los algoritmos deep learning, los sistemas de seguridad generan alertas de forma automática y prácticamente sin error. Es fundamental que la tecnología de seguridad no sólo no entorpezca las operaciones internas de los puertos, sino que contribuya a mejorarlas
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