52 CIBERSEGURIDAD El ámbito de la ciberseguridad está viviendo un momento interesante y de constante cambio. Las campañas de ransomwhere y de fishing son cada vez más habituales y emplean recursos más cercanos al día a día del usuario, simulando ser un banco o un comercio el cual el usuario tiene en su lista de confianza. Tomàs Roy asegura que actualmente “se ha pasado de tener incidentes a hablar de cibercrímenes. De padecer guerras a ciberguerras” por todo ello, es importante pensar en la prevención, mediante mensajes de concienciación y, a su vez, hay que dirigirse a las empresas que pueden a ser víctimas. Aun así, “hay que aceptar que la accidentalidad estará y que puede dar lugar a un ataque” declara Roy. Actualmente, existen dos tipos de ataques, los que se dan por casualidad y los que están dirigidos. Los casuales suelen darse cuando los ciberatacantes han visto una vulnerabilidad y la han aprovechado para acceder al sistema de la víctima. Por contra, los ataques dirigidos son ataques con grandes recursos, a manos de grandes cibercriminales que buscan enriquecerse Tomàs Roy, director de la Agència de Ciberseguretat de Catalunya, (izquierda) junto a Santiago Ballesté, presidente de AEBALL, y José Antonio Alcaide, teniente de Alcaldía del Área de Promoción Económica y Turismo del Ayuntamiento de L’Hospitalet. El jueves 26 de enero tuvo lugar el Desayuno del Fórum Empresarial, que contó con la presencia de Tomàs Roy, director de la Agència de Ciberseguretat de Catalunya, y que sirvió para poner sobre la mesa qué acciones realiza la entidad y cuales son las tendencias y los riesgos que hay en el sector. La concienciación y la accidentalidad, factores claves en la ciberseguridad de las empresas rápidamente a un riesgo muy bajo, ya que, en la mayoría de los casos, es prácticamente imposible detener a un atacante. En primer lugar, se trata de un crimen que se puede hacer de forma remota en cualquier punto del mundo, encontrar el origen exacto de un ataque es extremadamente complicado y, en último término, en caso que se lograra detener al criminal, las penas aún hoy en día son muy bajas, moviéndose en torno los dos años de cárcel. El cibercrimen es un tipo de delito que no requiere de grandes infraestructuras. Esto “hará que se den ataques más básicos en temas de blanqueo de capitales y criptomonedas, acercándose incluso a menores y gente conmenor formación” explicaba Roy. Lorena Agua
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