El objetivo del proyecto Cellectra es crear metodologías fiables y sensibles para detectar ciguatoxinas y tetrodotoxinas en pescado y marisco, dos toxinas típicas de lugares tropicales que se han ido extendiendo a aguas templadas del Atlántico y del Mediterráneo, posiblemente por influencia del cambio climático. A esto hay que añadir que, debido a la globalización del comercio, en el mercado encontramos especies de pescado y marisco de fuera del Mediterráneo, lo que favorece el incremento de las intoxicaciones alimentarias. Un biosensor conectado al móvil permitirá detectar toxinas en el pescado y el marisco Investigadores del Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA) y de la Universitat Rovira i Virgili (URV), a través del proyecto Cellectra, están desarrollando nuevas herramientas biotecnológicas para detectar toxinas en productos del mar. El IRTA y la Universitat Rovira i Virgili trabajan para poner a punto el aparato, que identificará de forma inmediata y fiable las ciguatoxinas y las tetradotoxinas Gracias a este proyecto, el equipo de investigación producirá biosensores, aparatos que podrán detectar toxinas a partir de muestras purificadas de marisco y pescado. Los biosensores están basados en tres tipos de elementos que permitirán reconocer las toxinas: en células, que permiten realizar un cribado toxicológico de las toxinas; y en receptores y en aptámeros —ácidos nucleicos de cadena sencilla—, con los que, a partir de la estructura química de las toxinas, éstas pueden detectarse de forma específica. El aparato podrá conectarse al móvil y aportará inmediatamente los resultados del análisis. “Frente al aumento de intoxicaciones necesitamos un sistema rápido, sensible, eficiente y, sobre todo, portátil, porque debe 60 SEGURIDAD ALIMENTARIA
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