12 SECTOR “Deberíamos enfocar nuestro esfuerzo en mejorar la producción para ajustarnos a la creciente demandamundial de un producto marino asequible, nutritivo y sostenible”, advierte Rosamond Naylor, directora y fundadora del Centro de Seguridad Alimentaria y Medio Ambiente de la Universidad de Stanford (EE UU) y una de las coautoras del estudio. Se prevé que China siga siendo el mayor consumidor de pescado del mundo, ya que la mayor parte del crecimiento reciente de la demanda procede de Asia. Sin embargo, los autores señalan el inicio de una transición dietética en el África subsahariana, donde la demanda ha crecido más rápido que la oferta. Por otra parte, el trabajo indica que la sostenibilidad del consumo de alimentos azules dependerá fundamentalmente de los tipos de pescado que se consuman y de dónde y cómo se produzcan. Es probable que el futuro aumento de la demanda se satisfaga casi exclusivamente con la acuicultura, que se encuentra principalmente en Asia. ¿CUÁL ES EL IMPACTO AMBIENTAL? Para ayudar a orientar la producción de alimentos y dietas hacia la sostenibilidad, una investigación pone de manifiesto que la acuicultura tiene el potencial (aún no aprovechado) para ser más sostenible, junto a las especies que ejercen una presión limitada sobre el medio ambiente, como las algas, los bivalvos y ciertas carpas. De este modo, el equipo de la investigadora Jessica Gephart, profesora de la Universidad Americana (EE UU) y autora del trabajo, evaluó el impacto ambiental que genera la producción de alimentos de origen acuático. Gephart analizó 23 grupos de especies de fauna acuática, que en total representan tres cuartas partes de la producción mundial, para determinar las emisiones de gases de efecto invernadero, nitrógeno, y fósforo que genera su producción, así como registrar el uso medio de agua y recursos terrestres que necesitan las actividades de piscicultura. Para ello, los científicos se basaron en estudios que informaron colectivamente de los datos de más de 1.690 piscifactorías y 1.000 registros pesqueros únicos en todo el mundo. Los resultados revelaron que las algas marinas y los bivalvos de piscifactoría, como los mejillones y las ostras, son los que menos emisiones de gases de efecto invernadero y nutrientes generan y los que menos tierra y agua utilizan. La pesca de captura también genera pocas emisiones de nutrientes y utiliza poca tierra y agua, pero las emisiones de gases de efecto invernadero oscilan entre las relativamente bajas, como en el caso de las sardinas y el bacalao, y las relativamente altas de los peces planos y las langostas, en comparación con el pescado de piscifactoría. Los peces de aleta de consumo habitual, como el salmón y la carpa, superan a otros alimentos azules de piscifactoría en varios indicadores medioambientales, mientras que la mayoría de los alimentos azules superan al pollo, que genera presiones medioambientales similares a las de la tilapia. El trabajo muestra, así, cómo mejorar la sostenibilidad medioambiental, impulsar evaluaciones de impacto ecológico en la industria, y divulgar sobre dietas sostenibles basadas en productos del mar. ASÍ AFECTARÁ EL CAMBIO CLIMÁTICO A LA PEQUEÑA INDUSTRIA Entre los impactos ambientales están los efectos del cambio climático que provocarán consecuencias económicas en los países que dependen de la pesca, según un estudio. “Este es el primer trabajo de este tipo que evalúa los riesgos que el cambio climático supone para todos los alimentos acuáticos, incluidos los de agua dulce y los marinos, los de acuicultura y los de captura silvestre, que proporcionan empleo a más de 100 millones de personas y sustento a más de 3.000 millones de personas en todo el mundo”, afirma Michelle Tigchelaar, coautora e investigadora del Centro de Soluciones Oceánicas de la Universidad de Stanford. Para el investigador William W.L Cheung, de la Universidad de Columbia Británica (Canadá) y coautor de este trabajo, es urgente “tomar medidas para mitigar las emisiones de carbono, así como adaptar la industria en aquellos países donde el impacto climático es ya inevitable”. La mayoría de alimentos marinos tiene más carga nutricional que la carne de animales con gran arraigo culinario, como la ternera o el cerdo.
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