TecnoSeaFood_SF13

55 SEGURIDAD ALIMENTARIA Desde un punto de vista regulatorio, las normativas varían significativamente entre países y regiones, lo que puede complicar la gestión de la cadena de frío en operaciones transfronterizas. Las empresas deben estar atentas a cumplir no solo con las normativas locales, sino también con los estándares internacionales, como los establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). Ante esta situación y debido a la necesidad de mejorar las prácticas actuales, la tecnología está jugando un papel clave a la hora de reducir o mitigar los riesgos asociados a la cadena de frío. Entre las nuevas soluciones que se presentan resalta el papel de los sistemas de monitoreo en tiempo real, pues permiten la vigilancia continua de la temperatura en cada punto de la cadena. Estos sistemas no solo alertan de inmediato sobre cualquier desviación, sino que también generan datos que pueden ser analizados para mejorar los procesos y anticipar posibles fallos. Otra práctica crucial es la colaboración entre productores, operadores logísticos y distribuidores, esencial para garantizar que todos los eslabones comprendan la importancia del control de temperatura y actúen en consecuencia. La capacitación constante del personal en buenas prácticas de manipulación y la adopción de protocolos estandarizados también son fundamentales para minimizar riesgos. Siendo la cadena de frío la columna vertebral de la seguridad alimentaria, su gestión eficaz es un desafío que requiere inevitablemente tanto de una inversión en infraestructura como de un enfoque riguroso en la formación y adopción de tecnologías avanzadas. Desde SOAPA Europa consideramos que la confianza en la calidad y seguridad de los alimentos es primordial, por ello mantener una cadena de frío sólida no es solo un requisito técnico, sino una responsabilidad ética y comercial que debe ser prioritaria en todas las etapas del proceso logístico. n El control térmico es fundamental para inhibir el crecimiento de microorganismos patógenos y evitar la degradación de la calidad sensorial y nutricional de los alimentos

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