ESPECIAL DISEÑO Y HABILITACIÓN NAVAL 45 transmitir las cargas verticales hasta el topside. Si bien a priori lo más beneficioso para la estructura es utilizar las patas para que sobre ellas descanse la estructura, la distancia entre las mismas puede ser un limitante para los medios disponibles (dependerá de las características ténicas de los SPMTs escogidos). Es por esto por lo que el poder apoyar en los mamparos verticales dispuestos a lo largo del topside facilita la disposición de los apoyos necesarios para la maniobra, disminuyendo los costes al reducir la complejidad y el empacho de las estructuras auxiliares. La solución de membrana con doble fondo, en definitiva, proporciona mucha flexibilidad a la hora de plantear maniobras de traslado de la estructura durante las fases de construcción e instalación. CUBIERTAS: REFORZADO PRIMARIO Y SECUNDARIO En las cubiertas se disponen los equipos eléctricos sobre sus correspondientes polines. Principalmente se diseñan frente a una carga viva con un factor de simultaneidad y cargas de tipo permanentes y ambientales, estas últimas siendo de importancia en las condiciones temporales de la plataforma (transporte, izado e instalación). En relación con los equipos, el estado límite de servicio es también importante, pudiendo ser el parámetro clave para el dimensionamiento, debido a los grandes vanos que tienen los compartimentos. Con ello en mente, el reforzado primario de la cubierta debe siempre disponerse en la dirección de la menor longitud de vano, normalmente el ancho de la subestación, aunque esto puede cambiar en función de los mamparos transversales dispuestos y el número de patas. Cuanto más corto sea el vano, mayor carga puede llevar los elementos primarios, y por tanto reducirse el número de ellos, siempre a igualdad de propiedades mecánicas del refuerzo. Deben reducirse al máximo los refuerzos primarios dispuestos en la dirección del vano de mayor longitud, pues estos no son muy efectivos para transmitir cargas a los mamparos ni tampoco para el control de deformaciones. Su función principal es dotar de estabilidad a las vigas portantes, perpendiculares a ellos, y por tal motivo es recomendable rigidizar cada encuentro entre primarios mediante un acartelamiento que fije el ala de la viga de mayor escantillón al alma de la viga menor. Se evitan así fenómenos de flexión no deseados, tales como la torsión o inestabilidades del ala. Por otro lado, el reforzado secundario siempre debe disponerse perpendicularmente al reforzado primario, y según la dirección elegida da lugar a las dos disposiciones estructurales tradicionales del sector naval: estructura tipo longitudinal y tipo transversal. Ver figura 1. El decantarse por un tipo u otro es primordial para la subestación y la opción elegida dependerá de multitud de parámetros que deben tenerse en cuenta desde el inicio del diseño, tales como la compartimentación, número de patas y posición de las mismas, tamaño de equipos, etc. Es habitual que la opción más adecuada Figura 1. Típica configuración estructural de una subestación de 1gw.
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