TRIBUNA DE OPINIÓN 22 Finalizando la década de los años ochenta del siglo pasado se estrenaba una película bajo el título original de Miles from home que, de un modo injustificado, se tradujo en España por Más allá de la ambición. El título españolizado carece de vinculación alguna con la trama de una película totalmente prescindible donde, como casi siempre, sobra Gere, y donde, como casi siempre, brilla Malkovich. Sin embargo, sirva el título para dibujar un nuevo guion que les propongo a continuación. El guion se inicia con un personaje procedente de la localidad de Yaiza (Lanzarote) llamado Antonio Armas Curbelo que, allá por 1941, inicia un proyecto empresarial naviero que en la década de los sesenta ya le situaría como el primer armador de Canarias. En el año 1966 fundaba la mercantil Naviera Armas. La dirección de la compañía bajo el control de Antonio Armas Curbelo se extiende hasta el año 1973 en que su hijo Antonio Armas Fernández toma el timón de un negocio que apenas contará con competencia directa en las islas hasta comienzos de los años setenta en que la naviera Fred Olsen se instala en los tráficos interinsulares canarios. De cualquier modo, había mercado suficiente para ambas compañías navieras lo que explica una consolidada posición de Naviera Armas dentro de un contexto local controlado y sin grandes sobresaltos. Esta situación de rentabilidad estable se extiende hasta el año 2018 en que se produce una extraña operación de compra de la Compañía Transmediterránea por parte de Naviera Armas. Para entender esta operación debemos retrotraernos al año 2002 en que el gobierno español, buscando aliviar la carga del Estado, “coloca” a Acciona la deficitaria naviera pública, algo que, de mala gana, Acciona se ve obligada a aceptar. Para el grupo Acciona, Transmediterránea fue de continuo un dolor de cabeza difícil de gestionar. Nunca llegó a formar parte de sus intereses reales, lo que explica el escaso interés gerencial prestado a la naviera. Fruto de ello, en el año 2017 Transmediterránea era una naviera endeudada con una flota descompensada y mal atendida. Es en este instante cuando, de modo sorprendente, Naviera Armas adquiere Transmediterránea tras una negociación en la que Acciona facilitará las condiciones a la oferta de la naviera canaria. Definitivamente, Acciona se deshacía de una división que nunca gozó de su interés empresarial. Dentro del mundo naviero español la noticia de esta adquisición produjo extrañeza dada la lejanía del modelo gerencial y del tamaño existente entre ambas navieras. Naviera Armas era una compañía familiar que acometía la compra de una compañía imbuida de una estructura operativa más grande, moderna y estructurada. Más allá de la ambición Juan Díaz Cano, presidente de la Real Liga Naval Española
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