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trucción, operación). Esto supone que la energía eólica marina crea valor en varios sectores económicos. Sin embargo, también es importante abordar las consideraciones ambientales en el desarrollo de la energía eólicamarina. La perturbación y degradación de los hábitats, el aumento del ruido submarino, la interrupciónde la integridad del lecho marino, la disminución de la calidaddel aguay la colisiónde turbinas eólicas con aves marinas ymurciélagos son solo algunos ejemplos de los impactos negativos de las energías renovables en alta mar en el medio ambiente marino. La planificación espacial marítima (MSP) puede considerarse fundamental para equilibrar losusosdelmar ygestionar de forma sostenible los ecosistemas marinos mediante la aplicación de un enfoque basado en los ecosistemas que, a suvez, se alinea con ladirectivamarco de la estrategiamarina. Según expone la Comisión Europea, una evaluación independiente (ETC/ICM, 2019b) muestra que los parques eólicos y las instalaciones de petróleo y gas son las estructuras más frecuentes hechas por el hombre que pueden causar presión hidrográfica en las aguas marinas de la UE. Las instalaciones de energía marina están presentes en casi 800 (10 km × 10 km) celdas de la red, lo que representa menos del 0,5 % de un área marina total evaluada. La concentración más alta se encuentra en la región del Atlántico nororiental con presencia en 700 celdas, lo que representa el 0,7 % del área offshore evaluada. Sin embargo, no existe una evaluación regional disponible para estimar los efectos adversos de estas instalaciones en los hábitats bentónicos y/o de la columna de agua. 

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